MALLART ARTESANS XARCUTERS Y LA FUNDACIÓN MAS ALBORNÀ: NEGOCIOS Y FUNCIÓN SOCIAL, UN BINOMIO DEL SIGLO XXI
difusión martes, junio 14, 2022Fotografía de Mallart Artesans Xarcuters |
El mundo vive y palpita con energías no siempre justas, no siempre por el bien si no por una serie de poderes y razones que se escapan a razonamientos puros… pero cuando el bien consigue sumar un punto, éste no se promociona, no se ve, no se toca, no se evidencia más que a veces en algunos reels de Instagram que pretenden tocar sensibilidades. Hay veces que uno ve el bien en negocios, en iniciativas, en gente que se preocupa por gente. A veces, la vida, parece salida de un cuento… cómo el que voy a contaros ahora.
Erase que se era una población a caballo entre la comarca del Penedès i de l’Anoia, en Catalunya, de unos 900-1000 habitantes a 600m sobre el nivel del mar. Cuando uno deja ir los ojos sobre estas tierras, como si fuera un pájaro o, ya más en este siglo un dron, se pierde la imagen en hermosos tapices, cuadrados o rectángulos de tierra de colores ocre que tienen esas “pictóricas” balas de paja diseminadas como accidentalmente por su terreno… hay otras porciones de tierra más oscuras con líneas rectas de viñas de las que empiezan a brotar hojas verdes. La Llacuna, que es el nombre de esta población es básicamente agrícola (viñas, olivos y almendros) ganadera y en la actualidad tiene un incipiente turismo rural. Desde la Edad Media, en su pequeña pero encantadora plaza porticada se han realizado mercados de ganado y si uno cierra los ojos, puede oír el rítmico taconeo de las pezuñas del ganado sobre las piedras y el característico olor a polvo, animal y sus fluidos … pero no hoy. Es por ello que aquí en La Llacuna, existe una tradición charcutera, y de estas familias, protagonista de esta historia desde hace 5 generaciones, es la familia Mallart.
Parte delantera y poterior de la antigua Casa Mallart |
Erase que se era una fundación situada en la comarca del Penedès, sin ánimo de lucro, que fue creada hace unos 53 años (en 1969 concretamente) para dar cobertura a una serie de familias que tenían miembros con discapacidades intelectuales. Con el tiempo estas familias se hicieron con la Masia Mas Albornà, situada en Les Cabanyes, y hoy en día se encarga de potenciar las capacidades de las personas con discapacidad intelectual y otros grupos en riesgo de exclusión social, no sólo teniendo cuidado de estas personas (ofreciendo alojamiento, tutelaje y ayuda en el hogar) si no también creando oportunidades de inserción comunitaria y laboral. Ofrecen una variada oferta de servicios a empresas y ayuntamientos de la comarca, concretamente prestan servicios como por ejemplo de limpieza en una quincena de ayuntamientos de la comarca incluida Vilafranca del Penedés. También trabajan en tareas de jardinería, pintura, lavandería y selección de residuos. En la actualidad forman parte de la organización unas 425 personas, de las que 225 son trabajadores con discapacidad, 90 están en el centro de día, 54 en la casa residencia y 18 reciben soporte domiciliario. Hablamos de la Fundación Mas Albornà.
Hará unos 4 años, en 2018, poco antes de la pandemia, la familia Mallart, charcutera, como os contaba antes desde hace 5 generaciones, se encontraba con el hándicap de no poder continuar su labor. El único hijo que quería seguir trabajando en el negocio familiar se encuentra con una discapacidad que le hacía difícil, tomar las riendas del negocio, que no participar en él. Con dolor, la familia se encontraba ante la disyuntiva de cerrar el negocio una vez se jubilaran.
Y por otro lado, la Fundación estaba buscando un modo de “invertir”, de “producir” en un negocio propio que le permitiera conseguir ingresos para autogestionarse al igual que han hecho otras muchas organizaciones del estilo. Pero buscaban el elemento diferenciador, el punto que les atase al territorio y a su historia, el modo en cómo haciendo algo por los demás, además de sus ya encomiables labores como fundación, pudieran sentirse orgullosos por formar parte de algo que tiene raíces muy profundas. Y así fue como los protagonistas de este cuento se encontraron.
Un día, seguramente soleado, la familia Mallart se puso en contacto con la Fundación Mas Albornà. Les ofrecieron un negocio, una historia, una tradición a cambio de un futuro para su hijo dentro del negocio y la fundación. Y no tuvieron ningún problema.
Visitar el obrador fue ver el fruto que crece de esta fantástica unión. La Fundación alquiló otro local, en la misma población, fuera de la casa familiar de los Mallart y siguiendo toda la normativa de seguridad e higiene, construyó un lugar dónde hacer los embutidos. Ver los secadores, la sala de elaboración de las piezas, la sala de envolver al vacío, las neveras dónde el producto espera ser distribuido…es darse cuenta del trabajo que lleva todo esto y de cómo todos están implicados al 100%. En el obrador hay en la actualidad 3 personas con discapacidad, pero se espera, conforme los pasos de crecimiento vayan adquiriéndose, y tras una formación, este número aumente. Junto a ellos profesionales especializados y mucha ilusión. Y sobre todo respeto. Un respeto venerable a la labor de una familia que se nota en todos los detalles, como en el diseño de los nuevos logos. Todo con un aire vintage, que retrotrae.
Piezas en el Secadero |
Pero con el tiempo otro protagonista de la zona vino a unirse al proyecto! Los productores de Gallo del Penedès saben que su producto ha estado en peligro de extinción y que, se vende poco y sobre todo lo hace en una temporada concreta del año; Navidad. En España tan sólo hay 2 IGP respecto a estos animales, la del Gallo del Penedés y el de Pota Blava del Prat. Así que llegaron a la Fundación y empezaron a ver cómo podían colaborar. Y … esto ha dado lugar a 4 frutos maravillosos. Un paté rústico, hecho con las pechugas del gallo del modo tradicional cómo es típico hacerlo en esta tierra… con sus ciruelas, sus orejones, sus piñones, etc… Luego se reduce todo y se envasa en un potecito de cristal. Un producto delicioso y totalmente innovador… de hecho en el último Forum Gastrónomic se le otorgó el premio InnoForum como el producto GUSTO MÁS ORIGINAL de la feria. Las patas se confitan y se comercializan también en bonitos frascos de cristal.
Siguiendo con esta línea innovadora con las alas hacen otras conservas de alitas en escabeche y con los huesos un caldo. Todo un reto para contribuir a la preservación de la raza del Gallo del Penedès.
Alitas a punto de ser envasadas, pasterizadas y puestas a la venta |
Gama de productos realizados con el Gallo del Penedès-Fotografía de Mallart Artesans Xarcuters |
Y no serán los últimos pretendientes de esta unión que triunfa allá por dónde va. En estos 4 años, no olvidemos los dos últimos en pandemia, los productos de Mallart Artesans Xarcuters se han colocado en los Caparabo y Bon Preu-Esclat de la comarca y en los Alcampo hipermercados de Catalunya. Esta semana hemos sabido como podemos encontrar el confit y el paté rústico en el Club Gourmet de El Corte Inglés. También, Mallart Artesans Xarcuters ha conseguido un contrato con la Diputación de Barcelona para distribuir en los Hogares Mundet.
Así que este cuento, no tiene final de momento. Estoy convencida de que le depara un futuro lleno de grandes proyectos y que, la comarca se verá enriquecida por ellos y para ellos. Y con ellos ganará la Fundación y las personas que pueden apoyarse en ella, y como Sociedad ganaremos todos. Nada más redondo y no podemos más que dar las gracias.
Agredecer y disfrutar porque la familia Mallart no sólo ha asegurado un futuro a sus hijos sino que nos ha legado unos embutidos que, resultan un producto competitivo, delicioso y sobre todo, histórico. Han contribuido una vez más, a que la historia gane. Qué no dejemos que la tecnología arrincone viejas fórmulas y sabores de territorio. Quizás no llegarán (por ahora) a todos los rincones del mundo pero si llegan a nuestros paladares exigentes. Paladares que buscan sabor, tradición y que se sustentan en nuevas razones de consumo. Las que conllevan progreso y ayuda a otros seres humanos, las que priorizan la tradición y el territorio y las que, sobre todo son humanas además de un negocio. Y gracias también a la Fundación Mas Albornà por enseñarnos y explicarnos todo esto.
Ojalá pronto os pueda leer otro cuento dónde la gente se asocie, se ayude y se ame. Es o no es una bonita historia? Y es real.
Desayuno cortesía de Mallart Artesans Xarcuters y la Fundación Mas Albornà, productos crudos, curados y Pâté de Gallo del Penedès |