Hace tiempo que
están apareciendo unas imágenes en Facebook bajo el epígrafe “yo
fui a EGB” ; fotos de útiles de nuestra infancia (según la edad
que tengamos) y la verdad es que, hace cierta gracia ver esas cosas que ya habíamos
aparcado en el cajón de los recuerdos.
Hace unos días
volví a hacer el Cherry Pie para unos
amigos que viven fuera de la ciudad y uno de ellos, Pepe, lo bautizó como el pastel de Yogi y eso me hizo mucha
gracia y además me retrotrajo inmediatamente a esos maravillosos dibujos de Hanna Barbera…
Prefiero hablar
de la hipocresía social a través de Don Gato, de la frustración a través
del Coyote,
de las convenciones de la clase media y valores ya “antiguos” de los Picapiedra
ó del destino inevitable de Tom y Jerry. Y sé también que transmiten
una sociedad que ya no existe, y unos roles que para nada querría que
volvieran. Quizás soy demasiado simple.
He querido por
eso, darle este nombre a este Pie, porque
realmente se parece a todos esos Pies
que Yogi quería robar a los turistas
de Yellowstone.
Yo lo hice con
ciruelas, pero lo importante es usar frutos rojos que tiñan el Pie y dan esos contrastes tan bonitos.
YOGI PIE
Ingredientes:
Pasta brisse de la receta del Cherry Pie
325g harina
1 cucharadita de café de sal maldon
1 cucharadita de café de azúcar
226g mantequilla pomada
75g a 150g de agua fría
1 cucharadita de café de sal maldon
1 cucharadita de café de azúcar
226g mantequilla pomada
75g a 150g de agua fría
Relleno:
1kg ciruelas 1 racimo de uva negra
1 limón, piel y zumo
50g azúcar blanco
2 cucharadas soperas de Maizena (unos 16-20g)
1 chorrito largo de Vodka o Ginebra
Preparar
primero el relleno pues tiene que enfriar. Poner en un cazo la fruta limpia y
troceada, con el azúcar y la piel de limón y el chorrito de vodka o ginebra.
Dejar a fuego suave unos 10-15m, tapado y revolviendo de vez en cuando. Deshacer
la maizena con el zumo de limón. Añadir al cazo y dejar unos minutos hasta que
veamos que espesa la
mezcla. Apagar y dejar enfriar.
Poner en un bol
la harina, la sal y el azúcar. Añadir la mantequilla en pequeñas proporciones y
añadir la mitad del agua. Empezar a mezclar con una cuchara, placa panadera ó
con las manos. Ir añadiendo agua poco a poco, pero no necesariamente tiene que
absorberla todo. A mi siempre me sobra un poquito. Llegará un momento que
veremos que la masa se nos despega de las manos y es muy fácil maniobrarla. No
hace falta amasarla mucho rato. Convertirla en una bola y dividirla en dos.
Envolverlas en plástico y convertirlas en un disco plano con ayuda del rodillo.
Dejar en la nevera por espacio de 1 hora como mínimo, o de un día para otro.
Al pasar el
tiempo coger una de las bolas, darle forma con el rodillo y colocar en el
molde. Pinchar la base con un tenedor y los laterales para que no se hinche
excesivamente. Dejar enfriar en la nevera unos 30min. más.
Verter el
relleno dentro.
Aplanar con el
rodillo la otra bola de masa y darle forma circular hasta que se adapte al
molde como tapa. Juntar bien los bordes para impedir que se salga el relleno
(aunque lo hace). Hacer unos cortes con
el cuchillo en la parte central. Yo hice 4 pero pueden hacerse más de forma
circular. Pintar con huevo batido ó leche.
Meter en el
horno durante 1 hora a 190º, aunque como digo siempre ir vigilando… cada horno
es un mundo. Si veis que se os dora antes de tiempo podéis taparla con papel
Albal. Dejar enfriar sobre una rejilla.
Por supuesto servir con helado de vainilla...el contraste perfecto.