SOUFFLÉ DE ALCACHOFAS - Y UNA PELICULA ENCANTADORA LA COCINERA DEL PRESIDENTE
Cocina francesa viernes, marzo 29, 2013
Ayer
fui a al cine a ver “Les saveurs de Palais” o lo que es “La cocinera del
Presidente”. Hacía días que la había visto el corto en el Verdi y Gemma me habló de ella remitiéndome al blog Cuina Cinc que había escrito sobre ella. Una película gastronómica preciosa, con un argumento algo confuso
y que me dio lugar a algunas reflexiones.
Nada
nos puede gustar más a los aficionados a la cocina que una película de esta temática.
Hortense, una mujer de mediana edad acostumbrada a comer y vivir comme il faut,
al estilo de la campiña francesa, es decir; buenas verduras, buenas viandas,
postres tradicionales y sobretodo foie y trufas, se ve sorprendida con una oferta de trabajo: ser la cocinera del presidente de la República.
Dice la leyenda que esta película está basada en la auténtica historia sobre la amistad que surgió entre Mitterrand y su cocinera (DanièleMazet-Delpeuch). Da igual, eso es lo de menos. Es una historia muy real; el amor a la buena comida, a la tradición, al trabajar con pasión y alegría, al “faire et laisser faire”. Pero, tiene cabida eso en nuestros mundos? Hasta que punto una cocina que no repara en gastos, corresponde más a una Francia y un mundo decimonónico y no a un gobierno contemporáneo, donde ajustar la vida social de los gobernantes debería ser más social y menos burgués?, Hasta que punto un gobernante puede poner la economía de palacio al servicio de un paladar refinado, teniendo en cuenta que el presidente de la República es un ciudadano más con una misión social muy importante elegido por la mayoría de sus conciudadanos, pero no un “rey sol”?, en resumidas cuentas, dónde quedan los límites? Eso me pregunté yo al salir, al margen de la historia de Hortense y su devenir en palacio.
Dice la leyenda que esta película está basada en la auténtica historia sobre la amistad que surgió entre Mitterrand y su cocinera (DanièleMazet-Delpeuch). Da igual, eso es lo de menos. Es una historia muy real; el amor a la buena comida, a la tradición, al trabajar con pasión y alegría, al “faire et laisser faire”. Pero, tiene cabida eso en nuestros mundos? Hasta que punto una cocina que no repara en gastos, corresponde más a una Francia y un mundo decimonónico y no a un gobierno contemporáneo, donde ajustar la vida social de los gobernantes debería ser más social y menos burgués?, Hasta que punto un gobernante puede poner la economía de palacio al servicio de un paladar refinado, teniendo en cuenta que el presidente de la República es un ciudadano más con una misión social muy importante elegido por la mayoría de sus conciudadanos, pero no un “rey sol”?, en resumidas cuentas, dónde quedan los límites? Eso me pregunté yo al salir, al margen de la historia de Hortense y su devenir en palacio.
Eché
en falta también un poco más de contexto sobre quién es y cómo ha sido la vida
de Hortense antes. Algo que explique esa inflexión, esa introversión crónica
que la convierte en un ser temido primero y amado después. Así como, con personajes
gastronómicos como Martha (Deliciosa Martha), comprendemos su personalidad por
como ha sido su vida, aquí Hortense, nos aparece como un personaje demasiado
misterioso.
Pero
dejando de lado estas cuestiones, me gustó la película. Me encantaron las escenas
culinarias, la crítica a un cierto machismo en el mundo de la gastronomía de
altura, los platos expuestos, la belleza de unos ingredientes tradicionales y
de una cocina de “las madres y las abuelas”. Quizás, un pequeño aviso de
navegantes, para todo/s aquello/s metidos dentro del saco de la “nouvelle
cuisine” ó la cocina moderna.
Y
me inspiró. Vaya si me inspiró… como en su día lo hicieron “Julie&Julia”, “Deliciosa Martha”, "Chocolat", o las ya más antiguas pero igual de inspiradoras “Comer, beber, amar”, "Como agua para chocolate" ó "El festín de Babette”, que fueron de las primeras películas que llenaron mi espíritu gastronómico.
A
mi me encantan Francia y los franceses. Al contrario que mucha gente nunca he
tenido ningún problema en el país vecino. He estado dos veces recorriendo el
Loire y una vez en París, pero durante 2 semanas. Adoro su cocina y el respeto
que le tienen. No en vano, quiero estudiar, algún día, en el Cordon Bleu (pero
en Chicago!). Esta semana recibí el primer número de la suscripción por un año
de la revista SAVEURS
que mi amigo, Laurent, tuvo a bien regalarme esta Navidad. No sabe como se lo agradezco, porque me
encanta. Adoro tener amigos extranjeros que amplían mi horizonte con su propia cultura. Laurent, como
habreis supuesto es francés y le gusta comer bien. En verano nos trae quesos “tremendamente
olorosos”, como el Sant-Félicien y el Saint-Marcellin, que se convierten en el
colofón de todas sus comidas. Por eso entendí la importancia de la escena del
cremoso de Roquefort de la
película. Un insulto eliminar “ese plato” del menú.
Pues
este número de Saveurs celebra el nº 200 de la revista. En él, el
staff directivo de la revista preparó un menú que luego degustaron entre todos.
También algunos de sus periodistas expresaron cuales eran sus platos favoritos. Este es es el caso de Emmanuelle Jary, que ha viajado por todo el mundo, y destaca que el lugar que más le ha impresionado es Japón, que la cuchara para comer pomelos le parece el utensilio que le ha cambiado la vida, que adora los tomates comidos directamente de la planta, y que su cocinero favorito es Philippe Jousse. Su elección fue este soufflé que hoy os traigo. Qué más francés y representativo de la cocina
francesa que un sufflé? Así que me propuse hacerlo para el blog. Lo hice ayer
por la mañana por primera vez, sin que me quedara el sufflé con el aspecto
adecuado. Yo no estaba satisfecha.. y sólo me faltó la visión de la película
por la tarde.
Así
que esta mañana, despacio, con el placer adecuado que debe proporcionarnos el
cocinar, me he dispuesto a repetirlo. Y no sé si por influjo de Hortense, de mi
“reafirmada” vocación a pesar de ser una pequeña Bridget Jones cuando he de ser
“perfeccionista”, ó por ser viernes santo, pero hoy el sufflé ha brillado y ya
es digno de ser publicado.
Además
de “delicious” como dicen los gemelos de 3 años de mi amiga Cristina, este
plato es muy económico. Dos alcachofas, leche, dos huevos y harina. Una
sencillez, a la que yo humildemente, he añadido un resto de queso azul que tenía
en la nevera. Espero
os guste.
SOUFFLÉ DE ALCACHOFAS
2
alcachofas
250
g de leche 30g de mantequilla
30 g de harina
60g de queso azul o Roquefort (opcional)
2 huevos
Sal/Pimienta
Preparar
las alcachofas para hacerlas al vapor (en mi caso) o hervirlas. Quitarle las
primeras hojas y cortarlo a cuartos. No descartar el pie, pelárlo y aprovecharlo.
Mientras
se hacen las alcachofas preparar la bechamel. Deshacer
en un cazo la mantequilla, incorporar la harina y dejarla unos minutos para que
pierda su crudeza. Añadir la sal (con prudencia ya que si ponemos el queso,
subirá el punto de sal) y la pimienta, e ir añadiendo la leche poco a poco
mientras removemos constantemente para impedir que se formen grumos (en este
caso, por ello, si se os hacen, no os preocupeis porque luego pasaremos el
pimer). Cuando hayamos incorporado la leche, poner en pequeñas porciones el
queso. Cuando se haya deshecho el queso y haya espesado la bechamel lo
retiramos del fuego y lo tapamos con papel film.
Poner
a calentar el horno a 190-180º.
Coger
las alcachofas y con ayuda de una cuchara quitamos el corazón y la parte
central y la colocamos en el vaso del pimer. Con la cuchara rascamos las hojas
para quitarles la parte más tierna y la añadimos al vaso.
Añadimos
la bechamel, y las dos yemas al vaso y pasamos el pimer. Probar y rectificar el
punto de sal y pimienta. Pasar toda esta crema por un tamiz o un colador. Por muy bien triturado que esté, quedan "pelos" de la alcachofa que estropearían la suavidad del soufflé. Una vez hecha esta operación, reservar en un bol.
En
otro bol batimos las dos claras con un poco de Cremor tartar o una punta de
sal. Montarlas bien. Incorporar en dos o tres tandas al bol de la crema de
alcachofas e incorporar con mucho cuidado, en movimientos envolventes. Este
paso es muy importante para que el sufflé nos suba.
Preparar
unos cuencos adecuados untándolos de mantequilla (yo lo hago con un pedacito y
un poquito de papel de cocina). Verter la masa ¾ partes del molde e introducir
en el horno.
Hornear
entre 25-35 minutos. No abrir nunca el
horno! (nos bajaría el sufflé). Estará
bien hecho si sobresale de los bordes hacia arriba y está doradito. Comer inmediatamente. Una vez salido del
horno, comienza la cuenta atrás para que todo ese aspecto digno se convierta en
un ente desinflado.
Ça
c’est tout!!!!
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Más comentarios sobre la película de otros blogs:
http://cuinacinc.blogspot.com.es/2013/03/divendres-es-va-estrenar-la-cocinera.html
http://www.directoalpaladar.com/eventos/la-cocinera-del-presidente-la-pelicula-gastronomica-que-emociona
http://www.decuina.net/2013/03/deliciosament-gabachua-la-cocinera-del.html
http://cuinescuina.blogspot.com.es/2013/03/la-cocinera-del-presidente.htm
http://elchefhamuerto.com/2013/03/25/recetas-cine-la-cocinera-del-presidente/
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Más comentarios sobre la película de otros blogs:
http://cuinacinc.blogspot.com.es/2013/03/divendres-es-va-estrenar-la-cocinera.html
http://www.directoalpaladar.com/eventos/la-cocinera-del-presidente-la-pelicula-gastronomica-que-emociona
http://www.decuina.net/2013/03/deliciosament-gabachua-la-cocinera-del.html
http://cuinescuina.blogspot.com.es/2013/03/la-cocinera-del-presidente.htm
http://elchefhamuerto.com/2013/03/25/recetas-cine-la-cocinera-del-presidente/