“Recoge los adornos con cierta presteza, como si no quisiera entretenerse en mirarlos y en dejar que los recuerdos vengan a su mente. Eso en cambio, si que sucede en el proceso anterior; abrir la caja, desenvolver y recordar. Hoy hay que volverlo a “encajar” todo en un tetris sin sentimentalismo. Se topa con su última adquisición, una preciosa campana de cristal, que tiene en su interior un papá Noel dorado y tiene todo el contorno inferior de la campana con un fino espumillón dorado. Le encantó en cuánto la vio en la tienda. Sonríe y le viene a la cabeza aquella película en la que al empezar Lana Turner le da la vuelta a una bola de esas con una ciudad dentro y que al volver a su estado inicial parece que esté nevando. Desde pequeña adora esas bolas y este tipo de adornos que parecen esconder un pequeño mundo atrapado en una esfera de cristal.
Caye, su pequeña gata azul rusa, se está peleando con una bola que ha podido rescatar de los restos... la oye correr por el suelo y los movimientos acelerados y excitados del felino jugando a la caza. Menos mal que es de plástico. Al final logra quitársela y se va también a la caja.
Oye el sonido de una notificación de Instagram en la tablet y decide sentarse un momento y dar una vuelta por la red. En pantalla un artículo de una gran escritora y directora de cine. Describe a una persona con palabras certeras y conforme va leyendo los ojos se le llenan de lágrimas. Esas palabras, ese retrato robot que se va dibujando ante sus ojos es muy real para ella. Casi puede sentir el olor, la voz, el tacto de ese ser que SI existe o existe TAMBIEN en su vida. Deja de leer y se echa para atrás en el sofá, notando como le caen las lágrimas por sus mejillas. Creía que lo tenía controlado, que oír hablar de esa persona ya no le hería. Pero a la vista está que se estaba engañando. No es suficiente separarse física o emocionalmente…, el amor a veces se queda anclado en el corazón y no se va porque uno decida mirar a estribor. Y querría poder poner en el post, “si, yo conozco una persona así” pero le da miedo que esa persona pueda leerlo, que pueda herirle su propia sinceridad, porque a veces aún la justifica. Vive inmersa en ese síndrome de Estocolmo, que tan sólo le permite hablar de esa persona en círculos pequeños, pero no puede gritar, no puede hacer afirmaciones como las que hace ella. Sueña con un día en que pueda escribir sobre ello, en gritar, en arrancarse esta piel de autosuficiencia. Querría poder decir que aún le duele, que no que lo tiene superado. Pero no puede. Y marca con fuerza el corazón rojo del “me gusta”. Deja la tablet a un lado y se levanta para seguir recogiendo las cosas. Ojalá fuera nochebuena y pudiera soñar con una de esas Navidades blancas de las películas. Quizás la próxima.”
Abril Expósito
Cuaderno de Bitácora
El día 2 fue La Candelaria, un día que me gusta celebrar con una cena mexicana entre amigos, y en el que, guardo definitivamente todos los adornos navideños. Religiosamente, representa el 40avo día tras el nacimiento de Jesús (es decir el fin de la cuarentena) y la Vírgen lo lleva al templo. Por eso, es tradición, especialmente en los países latinoamericanos, que sea el día escogido para retirar los adornos.
También este febrero, concretamente el día 13 del año 2011 empecé este blog, es decir hace 9 años. Han cambiado muchas cosas en mí, en realidad lo propio de haber cumplido 9 años, pero también he perdido cierta ingenuidad respecto a la blogosfera que me hacían sentir feliz. Ahora, estoy feliz con mi trabajo en el blog, y trato de que, lo feo del mundo, que está en todos los mundos, no me afecte. Pero sigue siendo un lugar dónde aprender, difundir y dónde contar cosas. Mi seriedad y profesionalidad al respecto no ha variado y trato de no dar ideas equivocadas de nutrición, gastronomía o cultura en general. Gracias a los que seguís ahí desde entonces, que son muchos y lo sé.
Esta receta la hice en la cena mexicana que os comentaba y en otras ocasiones, y a todos gusta. Es una tarta agradecida, facilona y deliciosa. Dulce, no se puede negar. La receta base es del blog La Cocina Mexicana de Pili, pero modifiqué la tarta base, con la receta de mi admirada Naty, de Poesía Culinaria, porque hace un genovés más sencillo y la de Pili usaba un montón de huevos. Otro día me atreveré con la original presentación final de Naty. Espero os guste.
TARTA 3 LECHES
Ingredientes:
(de 6-8 personas)
Para el bizcocho
4 huevos
65g azúcar
250g de harina (yo usé harina T80 de Ylla)
½ cucharita café bicarbonato
1 cucharadita levadura
Baño de 3 leches
150 ml de leche evaporada (yo uso la Ideal)
150 ml de leche condensada
150 ml de nata líquida
Ron o Baileys (opcional)
Cobertura y Relleno
100g aprox. de dulce de leche
Nata para montar
Azúcar glas (25-50g)
Hacemos el Pastel
1. Ponemos a calentar el horno a 180º
2. Separamos las claras y las yemas
3. Ponemos en un bol las yemas con el azúcar y batimos hasta blanquear
4. En otro bol montamos las claras a punto de nieve
5. Con una espátula de madera mezclamos la harina, a la que previamente habremos incorporado el bicarbonato y la levadura
6. Tener cuidado al mezclar haciéndolo con movimientos envolventes y sin sobrepasarnos para que no se nos baje la mezcla.
7. Colocar en un molde que previamente habremos untado de mantequilla y harina
8. Metemos en el horno durante unos 25’ (aunque pinchamos para saber .. en mi caso tardó un poco más, unos 35’). Si veis que se dora demasiado la superficie la tapais con papel albal.
9. Sacamos del horno y dejamos enfriar unos 15’ antes de desmoldar. Dejar enfriar luego sobre rejilla.
Baño de 3 leches
10.Unimos en un bol, 150ml de nata, de leche condensada y de leche evaporada. Una vez esté bien mezclado dejamos reposar.
11.Abrimos el pastel por la mitad y colocamos sobre el plato/fuente/pie dónde vayamos a servir la capa de abajo. Es muy práctico, poner media hoja de papel absorbente en un medio circulo de la tarta y otro en la otra media. De este modo cuando hayamos acabado podemos retirarlas sin tener que levantar el pastel y que peligre nuestra decoración.
12.Con una brocheta de madera o un tester de pasteles, hacemos agujeros en la superficie del pastel. Haced bastantes para que se filtren bien las 3 leches.
13.Echad un poco de la mezcla de las leches con ayuda de una cuchara o pincel. Dejad hasta que notéis que se ha humedecido (pero tampoco hay que pasarse que se nos disgregaría! )
14.Colocamos una capa de dulce de leche
15.Damos la vuelta a la 2da capa y hacemos lo mismo con los agujeritos y las tres leches – lo mojamos un poco menos, porque luego lo haremos por el otro lado-. Cuidado al darle la vuelta y colocarlo sobre la capa que tiene el dulce de leche.
16.Una vez montado el pastel hacemos lo mismo con parte que será la tapa del pastel. Pinchamos y mojamos ligeramente.
Cobertura
17.Montamos la nata en un bol y cuando esté medio montada incorporamos un poco de azúcar glas, y vamos comprobando la cantidad hasta que quede a nuestro gusto.
18.Tapamos los laterales del pastel y la parte superior con la cobertura.
19.Ya podemos retirar los medio círculos de debajo del pastel
20.Refrigeramos en la nevera mínimo 1 hora
21.Es probable que si tardáis mucho en consumirlo (en mi caso lo preparé la noche antes) veremos como el pastel pierde un poco de líquido con el tiempo (el sobrante de la leche que no ha podido absorber el bizcocho), tenéis que vigilarlo un poco para que no os encontréis con la sorpresa…. Y a disfrutar!!!!!!
Bon Appètit!