MORTEREL - COOKING THE CHEF: GASTRONOMIA MEDIEVAL II - LE VIANDER
viernes, marzo 05, 2021Este mes en Cooking the Chef, nos hemos acercado a la Edad Media Francesa. Ha sido apasionante para mí, porque el libro propuesto en su edición inglesa me ha proporcionado ratos divertidos, tratando de adivinar procesos, ingredientes y alguna que otra sorpresa como la de la receta que os traigo.
El cocinero que nos ocupa, Guillaume Tirel más conocido como Taillevent, nació en 1314 y fue cocinero real. En 1326 consta que ya era aprendiz de cocina en la coronación de Juana de Évreux, la esposa de Carlos IV (tercer hijo de nuestra Juana la Loca y Felipe el Hermoso) en Francia. Le volvemos a encontrar en 1346 como cocinero del rey Felipe de Valois. Posteriormente fue cocinero del delfín, hijo mayor del rey Juan el Bueno. Cuando el delfín fue rey, bajo el nombre de Carlos V (de Francia) Guillaume seguía trabajando en sus cocinas y fue ascendido a primer cocinero, sargento de armas y jefe de cocina del Rey. Se cree que bajo consejo o directriz de este rey, Guillaume escribiese El Viandier. Finalmente hacia el final de su vida, siguió trabajando para el Rey Carlos VI y terminó convirtiéndose en “Maistre de las Guarniciones de Cocina del Rey”. Así podía dirigir y supervisar las cocinas reales siendo ya un cargo más administrativo y no de cocinero. Murió poco después, en 1395. Tuvo dos esposas.
Su libro, Le Viandier, tuvo gran éxito ya antes de 1490 en que existió su primera versión impresa. Fue reeditado varias veces durante el S. XVII. Como os dije yo me hice con una edición más moderna, de 2004 en inglés que es más amable que estar negociando con el francés antiguo. Está claro que estamos en una cocina de corte real en la que las viandas no faltan. No era lo mismo entre el pueblo que comía muy poca carne. El libro habla de cómo cocinar pavos reales, cisnes e incluso un águila y pescados tales como la raya, lamprea o anguilas, además de alimentos ya más comunes para nosotros como el pollo, la ternera y el cordero.
La edad Media no era una época limpia e higiénica, y de ahí la expansión de muchas de las pandemias que la asolaron. En una de las lecturas que he hecho estos días, ví como muchas veces en muchas casas se ponía la comida sobre una larga mesa, directamente sin platos, y la gente con su índice que mojaban en su boca iba cogiendo porciones de comida.
En cuanto a la corte, se usaba la cuchara y alguna especie de platos de madera pero no tenían en sí la función de nuestros platos, y algunas aves aunque se despiezaban en partes, eran presentadas en la mesa con sus plumas y vueltas a montar para dar efecto visual. Cuatro eran las técnicas de cocción; asado, hervido en mucho agua, fritura y braseado... y en cuanto a las salsas se ligaban con huevo o pan mojado y se usaban sabores ácidos de frutas y gran profusión de especies.
Pero no quiero alargarme más en esta introducción porque la podéis encontrar en las lecturas recomendadas en el evento. Lo que yo si quiero hablaros es de mi plato escogido.
Allá por 2012, publiqué una receta que me encantó de uno de mis blogs de cabecera y más cuando empezaba, que fue Webos Fritos. Recuerdo que, en una firma de uno de sus libros, a Su, me identifiqué por ser la persona que hizo ese plato de sus ancestros, típico de Cuenca, El Morteruelo, detalle que les hizo mucha gracia y me presentó a su madre. Posteriormente he hecho ese plato más veces, porque me encanta y porque la mujer de uno de mis mejores amigos es conquense. El Morteruelo es una especie de paté que se hace con diversas aves (perdices, gallina), cerdo (papada, jamón e hígado) y liebre. A mí me encantan los patés así que este plato patrio me encantó. Se tiene noticia de este plato desde el s.XI, en el Libre del Coch de Ruperto de Nola ya se le menciona. El proceso es muy simple, se hierven todos los ingredientes, luego se despiezan lo más pequeño posible, se vuelven a hervir en el caldo anterior y finalmente se espesa con pan rallado y muchas especies. Algunas recetas usan queso y huevos también. La gracia y lo que da nombre a la receta es el uso de un mortero para ir picando toda la farsa y dejarla con consistencia de paté.
Dando una vuelta por Le Viandier, me encuentro ante mi asombro con leMorterel. Rápidamente se me excitaron todas la neuronas… sería???? Y la verdad es que la descripción del plato es casi igual. Así que… entramos en uno de esos momentos de la historia apasionantes, en que uno se pregunta “Cómo fueron las cosas?”Cómo llegó a Francia esta receta, que como vemos se elaboraría en la corte francesa o, cual es el origen? Yo no puedo verlo como una casualidad, una simple manera de coincidir modos de aprovechar restos de carnes… porque no lo veo así. A ver si alguien me ilumina… *1
Y mientras o dejo esta fantástica receta que me ha encantado tanto o más que el morteruelo que tengo publicado en 2012. Os dejo la receta aquí por si alguien quiere curiosear en las diferencias.
Quiero indicaros que esta receta una vez le añades los huevos cambia su textura y se convierte más en una sopa espesa (que tb he leído que podía ser una especie de crema *2) así que yo la he preparado en dos texturas porque a mi me gusta más en plan paté. En los ingredientes habla de usar faisán, perdiz, capón, tripas de cordero y algo de todos. El queso que utilicé fue uno aconsejado por mi charcutero de confianza, que fuera francés y medieval, es el Tomé de l’Izard de La Durance Fromagerie. Un queso de vaca cruda de la zona de los Alpes.
En este enlace podéis ver las demás participaciones.
MORTEREL
DE TAILLEVENT s. XIV
Ingredientes:
(para 8-10 comensales)
4 codornices
¼ de gallina
1trozo pequeño de lomo de cordero
2 huesos de espinada de cerdo
200g de queso
3 huevos
300g aprox. pan rallado
¼ vaso de vinagre de manzana ó zumo de un limón
Especies, yo usé alcaravea
1 cucharada sopera de jengibre en polvo
Sal
1. Limpiar las piezas e introducirlas en una olla dónde acostumbremos a hacer nuestro caldo. Cubrimos por encima de las carnes de agua y llevamos a ebullición. Dejamos hervir, desespumando, 2 hora aprox. a fuego suave.
2. Sacamos las carnes y una vez están frías les quitamos todos los huesos y pieles. Con ayuda de un buen cuchillo lo cortamos lo más finamente posible. Volvemos a incorporar al caldo y dejamos hervir de nuevo unos 30’.
3. Ponemos las especies y el vinagre o zumo de limón.
4. Vamos incorporando el pan rallado hasta que veamos que tiene ya una textura espesa.
5. Añadimos el queso rallado. Incorporamos bien.
6. Dejamos al fuego hasta que veamos que la grasita va apareciendo por los bordes. No será más de 20’ aprox.
7. Opcional:YO NO LO HICE. batimos los 3 huevos y los incorporamos a la mezcla. Yo no lo hice en ese momento, preferí dejarlo en esa textura que me recordaba más al morteruelo conquense. Aunque luego probé en una porción de la masa para poder mostrar las dos texturas.
8. Servir en cuencos de barro para untar. Si ponemos los huevos pues los serviremos en boles para tomar como una pasta.
Bon Appètit!
*1 texto referente a los orígenes de la receta del libro Food in the Middle Age: A book of Essays
11 comentarios
Qué bien documentada viene la receta! Un placer leerte y poder aprender. Gracias!
ResponderEliminarAyy querida, me has dado de lleno. Me vuelve loca el morteruelo, Cuenca, mis amigos conquenses, los zarajos... El tuyo pinta maravillosamente bien. Lo que aprendo cada mes con este reto. Besos.
ResponderEliminarPaso a leer tu receta Mon, acabo de abrir el ojo y comienzo mi viaje contigo luego de tu mensaje para ver esas conexiones históricas que nos vuelan la cabeza de fascinación. Ya sabemos lo interesante que ha sido revisar tantas recetas e interpretarlas, intuir un poco en tu caso esas recetas que hacen clic y nos llevan a platos familiares. Una información que siempre nos contextualiza en el momento y época, o por lo menos nos acerca un poco a tantos siglos atrás. Fascinante todo; pues Mon tu plato se ve delicioso, yo amo todo lo que lleve carnes con todos sus cortes y más, interesante los diferentes procesos de cocción que tiene las recetas, un placer disfrutar de cada temporada y momento que nos propone CTC .
ResponderEliminarMe queda pendiente el mes anterior no lo olvido, un beso bonita
Nunca he probado el Morteruelo, pero después de leer tu documentación estupenda y tu receta, me ha entrado el gusanillo por hacerlo y probarlo. Las fotos te quedaron genial. Besos y deseando ver el próximo reto.
ResponderEliminarComo hija y nieta de conquenses debería de haberlo probado alguna vez, pero no ha sido el caso y es por el tema de la liebre o el conejo. No los como por aprensión, no porque no me guste, pero me encantaría poder disfrutarlo.
ResponderEliminarBss
Elena
Elena, pues puedes hacerlo sin liebre o conejo. El morteruelo del S.XX.. el medieval está libre de animales simpáticos para ti. Pero no puede ser que teniendo raíces conquenses este plato se te escape. Beso.
EliminarUn post muy interesante Mon!! Nunca he probado el Morteruelo pero por lo que he leído en tu receta si lo preparo tampoco le pondría los huevos, prefiero como tú la otra textura. Buen reto.
ResponderEliminarBesos
Guuuaaau que preparacion tan elaborada, es como un pate con tropezones, nunca lo he comido y se ve delicioso!
ResponderEliminarY tu super explicacion es muy interesante.
En resumen una maravilla, felicidades guapa!
¡Cuanto trabajo que hay detrás de esta publicación! Se nota en cada palabra. Muchas gracias por todas las explicaciones y por esta gran receta. No lo he probado nunca pero algún día caerá, seguro. Un beso.
ResponderEliminarPues yo no había oído hablar del morteruelo y has despertado mi curiosidad, seguro que debe ser una delicia!
ResponderEliminar(me encanta tu tetera) aynss
un beso guapa!
Me ha encantado, te lo digo después de probarlo y saber de primera mano cómo es en textura y sabor. Gracias por explicarlo paso a paso. Solo me queda decir que lo tengo en pendientes, lo haré :)
ResponderEliminarGracias por tu opinión, comentario, duda o aclaración. Agradezco enormemente que lo hagas y gracias por visitarme!
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Por falta de tiempo este blog no participa en cadenas de premios, ni memes. De todas formas agradezco enormemente que hayas pensado en mi.