RANCHO CANARIO - LA COCINA DE LOS NUESTROS - LOLA
domingo, octubre 23, 2011
Lolina, es una de esas amigas que uno ha de considerar “artista” a la fuerza. Es tierna, dulce y muy generosa. Pinta al mar y a las flores, aunque a mi los que más me gustan son los cuadros de comida como la col y la granada que he puesto al final de la entrada, pero se atreve con cualquier reto que le suponga apasionarse. Ha sabido reinventarse desde una existencia plácida y despreocupada a una vida que ha tenido que ordenar desde sí misma. Es despistada y se distrae con facilidad, y va de un tema a otro con la velocidad de la luz… Es el carácter del artista… no hay duda.
Lolina fue una niña feliz criada en un entorno familiar también muy feliz en un lugar idílico (el valle de la Orotova , en Tenerife) rodeado por el mar y custodiado por un viejo volcán. Un lugar dónde los días son cálidos y plácidos y dónde la vida simplemente transcurre. Siempre pienso que la familia de Lolina parece una familia salida de una película de Capra, con multitud de personajes, de caracteres muy personales pero dados los unos a los otros.
Manuela, la abuela de Lolina, fue una de las primeras mujeres de esta saga familiar. Nacida a principios de siglo XX, su vida transcurrió feliz al lado de los suyos. Un muchacho, Juan, rubio de ojos azules y de ascendencia inglesa se casó con ella y tuvieron 5 hijos; Lola, Emilia, Nazaria, Juan y Pepe. El padre de Manuela que provenía de Cuba enviudó y se casó en segundas nupcias teniendo dos hijas más, Lucia y Nieves. Lolina siempre había creído que eran una única persona, Lucinieves, pues siempre oía hablar de ellas como una unidad. Ambas, de hecho no se separaron nunca. Cosían y tenían un taller de caballeros y a Lolina le encantaba ir allí dónde se disfrazaba, jugaba con las telas y hacían rosquillas. Con los años, tan sólo vivía la tía Nieves y ya sin nada que hacer se moría por el papel de plástico de burbujas. Lolina le llevaba muchas veces y Nieves se enfadaba si alguien le explotaba alguna burbuja.
Doña Manuela fue una abuela divertida que hacía reír a sus nietas. Como a Lolina le encantaba disfrazarse y no hacía falta tener un traje al uso para ello, cualquier cosa sirve (de hecho, Lolina siempre nos ha sorprendido en las fiestas apañando con cualquier retazo un perfecto disfraz de Bob Marley o de Azúcar Moreno). Su marido, Don Juan, iba siempre con sombrero y no pasaba un día sin que visitase su huerto. No le gustaba que le llamaran abuelo, pero le caía la baba con sus nietos.
Lola, creció así en un matriarcado feliz junto a sus hermanos. Desde muy joven anduvo enamorada de Teo, un muchacho emprendedor y ambicioso, el mayor de 11 hermanos, que se marchó a Estados Unidos a abrirse camino, no sin prometerle amor eterno. En los años 40, Lola y Teo se casaron por poderes y Lola, una mujer valiente, cogió sus maletas e hizo un largo viaje en barco hasta Venezuela para iniciar una nueva vida y una familia con él. De esta unión nacieron Marta y Lolina. Cuando Lolina tenía 5 años se volvieron al Puerto de la Cruz. Teo fundó la Agencia Renault y la vida empezó a ser un mundo lleno de curiosidades para las dos niñas en la tierra de los suyos y que ya fué la suya propia. A su padre le encantaba ir a pescar con los demás pescadores del puerto y muchas veces en el camino a casa, iba regalando el fruto de su trabajo. Lola le regañaba, pero la gente ya le esperaba en el camino. A Lolina le encantaba acompañar a su padre al puerto, y sentarse junto a él, a escamar los pescados. Las cabrillas fritas eran el pescado favorito de Lolina, y hoy día se pueden aún comer con papas y mojo en La tasquita Min, un restaurante especializado en pescado fresco del puerto.
Lolina recuerda como Doña Manuela que vivía en el piso de abajo, acostumbraba a subir a preparar el Rancho Canario, un plato muy humilde pero sabroso que encantaba a las niñas. Lleva pocos ingredientes y se supone su origen de épocas de austeridad dónde era fácil encontrar costilla salada (un alimento de fácil conservación y que siempre había en las casas junto con las papas y los garbanzos). Cuando terminaban la sopa, daban cuenta de los trozos de costilla que había en el plato.
Hoy día es Marta, la hermana mayor de Lolina, la que transmite la receta y la preparó especialmente para mí acompañada de Lolina que tomó apuntes. Me gusta imaginar a las dos hermanas “encadenando” un recuerdo familiar que ya no va a perderse. Para la foto la sirvió en una sopera que había pertenecido a Doña Manuela.
RANCHO CANARIO
Si buscáis en la red otras recetas del rancho, veréis que en muchas de ellas usan judías pintas en vez de garbanzos o que usan más carnes. Me gusta esta receta porque es muy simple y muy sabrosa, y sobretodo porque respeta el modo de hacerlo de una familia desde hace 3 generaciones.
Ingredientes:
(para 4 personas)
Costilla de cerdo salada (aprox. una o dos costillas por persona)
Costilla de cerdo salada (aprox. una o dos costillas por persona)
Garbanzos (200 g aprox. si son cocidos, un puñado por persona si son secos)
Pasta de sopa tipo fideo grueso o macarrón pequeño rizado
1 cebolla
Aceite de oliva vírgen
Poner a remojar los garbanzos el día anterior si van a hacerse en el rancho. Yo he utilizado los ya cocidos mucho más fácil de manipular.
Rehogar en la olla ó puchero dónde vamos a hacer el rancho la cebolla. Cuando ya esté pochada, añadir las costillas y los garbanzos. Añadir el agua que cubra y sobrepase un poco las costillas, especialmente si van a cocerse los garbanzos. En caso contrario dejar cocer como unos tres cuartos de hora o una hora tapado. En ese momento añadir las papas troceadas toscamente y la pasta. Marta lo preparó con una especie de macarrones pequeños, pero sirven igual fideos gruesos o tiburones pequeños (galets).
Poner a remojar los garbanzos el día anterior si van a hacerse en el rancho. Yo he utilizado los ya cocidos mucho más fácil de manipular.
Rehogar en la olla ó puchero dónde vamos a hacer el rancho la cebolla. Cuando ya esté pochada, añadir las costillas y los garbanzos. Añadir el agua que cubra y sobrepase un poco las costillas, especialmente si van a cocerse los garbanzos. En caso contrario dejar cocer como unos tres cuartos de hora o una hora tapado. En ese momento añadir las papas troceadas toscamente y la pasta. Marta lo preparó con una especie de macarrones pequeños, pero sirven igual fideos gruesos o tiburones pequeños (galets).
6 comentarios
Fabulosa historia y un rancho buenísimo! los cuadros tienen mucho colorido! Gracias April!
ResponderEliminarMaría.
Ohhhhh!! Que bueno tiene que estar y así calentito... Ahora que parece que llega el frío!! Ummmmmmmm.
ResponderEliminarQué bueno este plato, para esta época del año!!!genial, me lo apunto!!!
ResponderEliminarque riquísima receta familiar para apuntar y no perder... y además es perfecta para este tiempo que está haciendo! que bonita la granada! unos cuadros preciosos! Besoss!
ResponderEliminarentradaza!!!! como siempre...me ha encantado la historieta y el rabcho canario ni te cuento!
ResponderEliminarbesote
Doy fe de la historia, ahora sólo falta que pueda degustar el potaje, Lolina inspirate!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarGracias por tu opinión, comentario, duda o aclaración. Agradezco enormemente que lo hagas y gracias por visitarme!
Si quieres hacer cualquier consulta hazlo por este medio o si prefieres utiliza mi correo electrónico: abrilex@gmail.com
Por falta de tiempo este blog no participa en cadenas de premios, ni memes. De todas formas agradezco enormemente que hayas pensado en mi.