Mi
amigo Xavi, durante varios años cuando éramos adolescentes, trabajó por las
noches en la caja del Restaurante Florian de Barcelona. En esa época yo iba a los restaurantes con mi
familia, pero aún no era ni blogger, ni controlaba las estrellas Michelin, aunque
estaba loca por la gastronomía. Reconozco que, oír llegar a casa a mi padre y
decir, “cenamos fuera?”, me volvía loca. Mi madre solía protestar…a lo mejor
tenía pescado fresco para cenar o estaba cansada, para volver a vestirse y
salir. Pero a mi me encantaba. A veces íbamos a uno que estaba justo debajo de
casa, un restaurante de pescaíto frito ó uno que estaba en la calle Muntaner y
de que os hablaré otro día, porque me encantaba un postre que ya forma parte de
nuestros postres familiares. También íbamos a La Dorada, ya extinta,
en trav. de Gracia, dónde celebré mis 18 años con mis padres. Yo adoraba probar
cosas nuevas y comer platos bien elaborados. Mi madre cocinaba muy bien pero era cocina tradicional. Yo ambicionaba sabores nuevos y otras visualizaciones.
Al
Florian
nunca fui. Pero fue un restaurante muy conocido que se hizo famoso sobre todo por
el uso de las setas. Entonces no se llevaban tanto. También, a través de Xavi,
descubrí las ensaladas tebias, es decir, con ingredientes calientes, que me
parecieron lo más. Xavi, cogía ideas
y luego las repetía en su casa. Fue una época divertida en ese sentido. Rosa
Grau fue la chef y propietaria durante años. Leo en Internet, que Florian era
también conocido por su estricta trazabilidad…es decir, saber el origen
geográfico de sus ingredientes, algo que en aquellos años, no era tan “practicado” (cuando servían toro y era de lidia, sabían con qué torero, cuando y dónde y de que ganadería era).
Se
llevaban por aquellos años, como platos innovadores, las endivias al Roquefort,
que se solían hacer con crema de leche. Un plato bueno, pero para mi gusto
excesivamente “potente”. La crema de
leche y el queso, eran una bomba. Era uno de esos platos que te servían cuando
ibas a comer a una casa “moderna”, como los cocktails de marisco (otro plato
que me cargaba con esa salsa rosa mal elaborada que hacía todo el mundo, tres
gambas y un montón de lechuga), ó las mousses de postre.
Xavi
aprendió en el Florian ésta fórmula, muy sencilla, pero inmensamente más
fresca, más sana y menos pesada.
Y por supuesto esta ensalada forma parte del más alegre de los retos de verano #ponunaensalada2017.
Y por supuesto esta ensalada forma parte del más alegre de los retos de verano #ponunaensalada2017.
ENDIVIAS AL ROQUEFORT
Ingredientes:
para
4 personas)
4
endivias
150g
de queso Roquefort (cuánto más bueno mejor)50g de Nueces de California
AOVE (suave de gusto)
Vinagre de Módena (puede ser de manzana, pero a mi me gusta con uno potente como el de Jerez o éste)
Sal Maldon
Limpiar
las endivias y colocar las hojas en forma de flor en el el plato o bandeja.
Romper
las nueces en trocitos pequeños y repartirlos por las hojas
Mezclar
en el vaso del pimer, el Roquefort (primero ponemos una cantidad y si lo
encontramos flojo añadimos más), el AOVE y el vinagre. Pasamos el pimer y lo
probamos al gusto.
Servimos
con la salsa por encima o lo dejamos en una salsera. Igual hacemos con la Sal
Maldon. Si vamos a comer la ensalada informalmente usando las hojas como “cubierto”,
ponemos la salsa y la sal.
Somos de la misma quinta!!! Es verdad que los más modernos llenaron las mesas de cóctel de gambas, era lo más chic, jajaja, y a mí me pasa lo mismo con las endivias al roquefort, me parecen fuertes... a ver estas tuyas cómo están... bss.
ResponderEliminarLa endibia (también endivia) me encanta. Me gustan mucho los sabores amargos. Que sepas que en casa las rellenamos como tú (aunque con queso azul nos gusta más) y hacemos otra variedad en la que ponemos una picadita de tomate, cebolla roja y anchoas/mejillones.
ResponderEliminar¡Nos chiflan!
PD. De niña me pasaba como a ti. Me encantaba salir a comer con mis padres, a pesar de que mi madre es una fantástica cocinera. Me gustaba mirar los platos, saber qué llevaban y mirar cómo los comían los demás, observar sus caras. Siempre me ha resultado muy satisfactorio cocinar y ver felicidad en las caras de la gente. Mujer, también en la mía. ;)
¿Sin nata? Gracias infinitasssssssssssssssssss! Las endivias y yo te lo agradecemos :)
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