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domingo, 13 de noviembre de 2016

PENNE ALL'ARRABBIATA PARA PAZ


"Mira la bola de cristal y sonríe.

Las niñas tenían apenas 11-10 años. Volvían solas del colegio a casa. Había dos formas de hacerlo, la más larga pero yendo por la bonita avda. Arturo Soria, o la segunda, girando a la derecha al pasar el cole y cogiendo la calle Mesena, que permitía ahorrar camino y sobre todo a Ana y Paz, las hermanas que las dejaba en la parte de atrás de la colonia BANESTO, dónde ellas vivían y a la que podían acceder por una  puerta trasera, que tenía la valla que la rodeaba y se ahorraban la subida desde la entrada de la misma.  Previamente se atravesaba un pequeño descampado que en primavera se llenaba de amapolas y a veces, se entretenían cogiendo ramilletes que se habían mustiado antes de llegar a casa.
 
En algunas ocasiones en el camino les acompañaban Rosa (que también vivía en la Colonia), Raquel y Alicia que vivían en chalets de la calle Mesena. Pero Montse prefería ir sola con ellas.. Ali y ella no se llevaban  bien y si coincidía que estaba enfadada con Ana, pues entonces las chicas se aliaban contra ella.
 
Paz que es un año más pequeña que Ana, siempre fue una más entre ellas. Ya de niña despuntaban dos cosas de Paz; la extrema bondad de su corazón y la extrema también lealtad hacia los suyos, en este caso hacia su hermana.  Si Montse y Ana venían enfadadas por el camino, Paz torcía el gesto con la misma expresión que su hermana. Si se tiraban piedrecitas al final de una discusión (si, a veces pasaba), Paz también las cogía. Si se insultaba, se insultaba en equipo. Pero si Ana y Montse eran las mejores amigas del mundo, que era la  mayor parte del tiempo, Paz adoraba a Montse con la misma intensidad. Si hacían travesuras, como aquella vez que las pillaron haciendo globitos llenos de agua que tiraban a la gente al pasar por debajo del colegio, allí estaba Paz disfrutando de la tropelía.
 
En ese descampado, cuando llegaba la hora de separarse (hasta la tarde!) todo eran excusas para seguir juntas hablando y hablando. Montse recuerda haber hablado de los Reyes Magos, de sexo y de chicos en conversaciones que parecían lo más importante y trascendental.
 
Sienten un movimiento extraño bajo sus pies, como si hubiera un terremoto. Caen al suelo y se sienten mareadas como en un tio vivo. Se miran y de repente grandes copos blancos caen del cielo. Se levantan y ríen alborozadas mientras se tiran bolas de nieve.
 
Sonríe y deja la bola sobre la estantería. Hoy tiene que llamar a Paz. "
Abril Expósito
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Paz tiene unos hermosos ojos color miel que te miran y te lo dicen todo. Lo bueno y lo malo. Es la hermosura de su mirada, una de las más francas con las que me he topado. Es voluntariosa hasta la extenuación, es capaz de estar en un postoperatorio y ponerse a hacer cosas que “le tocan” a riesgo de entorpecer su recuperación. Le dices, “puedes?” y su primera palabra es “venga, sí”. Es testaruda, de opiniones claras, y no se quedará callada ante una injusticia. Y si tiene que callarse, llega a casa sacando humo, y con ademanes bruscos se sentará y terminará por contártelo. Todo el mundo que la conoce la quiere y se acaba haciendo una más en las diversas pandillas a las que pueden pertenecer los demás miembros de esta saga. Porque, he de decirlo, tanto Paz, como Ana, como sus hermanos, son una saga maravillosa de buenas personas, educadas para que valores como la familia, la ayuda y la unión sean pilares de sus vidas.
Con los años, por circunstancias que no vienen al caso, Montse ha generado una adoración por la pequeña Paz.  Ha tenido que hablar con ella, como portavoz, en momentos tristes que han vivido, y aunque Ana, es el primer recuerdo de una amiga que tiene Montse en su inconsciente, Paz es la personita que no podría no estar en sus vidas. Es necesaria. Además Paz, hoy en día, tiene un discurso político con el que ambas se enzarzan en divertidas, y nunca más serias que eso, conversaciones afiladas y ágiles.
Cuando Montse ha ido a Madrid en los últimos años, Paz le prepara callejeros para que sepa cómo llegar a los sitios. Montse se ríe…ella que ha estado en Chicago y ha sabido llegar a todas partes y coger todos los transportes, se deja guiar una vez más por “esta hermanita mayor”.
Hoy es el 50 cumpleaños de la pequeña Paz. Cómo le gustaría a Montse, a Km de ella darle uno de esos abrazos sentidos que se dan cuando se encuentran. Así que le ha pedido ayuda a Ana, esta vez ha sido al revés, y le ha preguntado cuáles son sus platos favoritos. Hoy hay que sorprender a Paz, instigadora de miles de otras sorpresas para los suyos. Hoy será ella la que abra la boca y se quite las lágrimas de los ojos, porque es tremendamente sentimental, mientras sonría con esa boca suya, que Montse siempre le dice, que es la más bonita del mundo, que podría ser la de Julia Roberts o cualquier otra actriz. Bella a rabiar.
Mi querida Paz, en la distancia pero con casi 40 años de relación, cocino para ti, con todo mi amor.  Feliz Cumpleaños!!!!!!!!
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El `problema con las recetas de pasta es que todo el mundo cree ciegamente en dos supuestos:
a)      Lleva orégano o albahaca
b)     Lleva parmesano en polvo cuando ya está hecha
Pues no. No todas las recetas de pasta llevan estos ingredientes. Esta es una receta muy sencilla. Apenas, ajo, guindillas, tomate y pasta. Es una de las recetas más típicas de Roma, y su nombre “arrabbiato” significa furioso, enojado…haciendo mención al punto picante que se le puede dar con las guindillas.  Los penne (macarrones) alla’rrabbiata son típicos de Sorrento, aunque también se hacen spaguettis con esta salsa.
La receta es del fantástico libro de cocina italiana, “La Cuchara de Plata” de Phaidon que es una biblia de la gastronomía italiana. Además en este caso es facilísima!


PENNE ALLA’RRABBIATA
Ingredientes:
(para 4 personas)
 1 paquete de penne (macarrones) de calidad preferentemente lisos
3 ajos
3 guindillas (yo usé 2 pimienta picona que me trajo mi amiga Maria de Canarias y tengo un buen “collar”).
500g de tomate pelado y cortado en trocitos pequeños (o de lata crudo y cortado)
AOVE
Sal
Recordemos la regla de oro de la pasta, “La pasta nunca espera a la salsa” así que no pondremos a hervir la pasta si la salsa no está preparada. 
Pelamos 3 ajos y los ponemos en una sartén con AOVE. A mi me gusta ponerlos enteros, porque si se trocean, se hacen enseguida. Limpiamos las guindillas, les quitamos las pepitas y las incorporamos al aceite.
Cuando estén dorados echamos el tomate, previamente pelado y cortado en cuadraditos (concassé). A mi me gusta dejar las pepitas. Pero eso es algo personal.  Añadimos sal. Yo no le pongo azúcar porque me gusta la salsa de tomate así ácida.  A mi me gusta quitar las guindillas antes de echar el tomate para no olvidarlas luego en la salsa y evitar disgustos cuando se está comiendo la pasta.
Poner a hervir la salsa en abundante agua con sal, sin aceite. Si el paquete dice que tardará 13’ la quitamos en el minuto 11’ para que termine de hacerse al incorporarla a la salsa. Añadir también un poco del agua de hervir la pasta a la salsa que nos ayudará a homogeneizar.
Servir espolvoreado con perejil y si se quiere dejar parmesano rallado… aunque la receta no lo requiere.

7 comentarios:

  1. Diossssss, Montse entre lagrimas de emoción, intento decirte como me has hecho sentir, pero me has dejado sin palabras, cómo no te voy a adorar, me conoces como mi hermana que eres, la suerte fue que la vida nos juntara en el camino hace tantos años. Tenerte es tener un tesoro. Gracias por estar siempre ahí. Ahhhh y gracias por esa receta, por fin podre cocinarlos como tiene que ser, jajaja. Espero que no pasen muchos meses para darnos ese abrazo que deseo darte!!!

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  2. Que historia más bonita... es preciosa, de verdad. La receta se queda para otro momento. Disfrutad de esa magia que tenéis.

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  3. Tu amiga Paz debe sentirse privilegiada de tener a alguien como tú que la ve de esa manera tan honesta. No es sencillo en estos tiempos...

    Ya ves tú que yo pongo en la pasta lo que el cuerpo me pide en cada momento. No siempre añado orégano y/o albahaca, ni queso. Según me dé. Hace tiempo que no como una buena arrabbiata. :)

    Besitos

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  4. mencantat l'antrada i la pasta es una bonisima recepta m'agrada es teu nou look m'grada moltism , besades

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  5. Es un tributo a la amistad llena de cariño, pero sobre todo a la buena cocina, a los detalles y al mimo que siempre pones en todo.

    Un abrazo preciosa y mucha buena vibra!!!

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  6. Hola Mon!

    Hace unos días llegó esta receta a mi buzón, y la dejé en abierto para leerla. Parecía que iba a ser una sencilla y rica receta de pasta que me gusta mucho, por cierto, pero no. Todo no queda ahí. La guindilla de la salsa nos ha removido por dentro, nos ha puesto los pelos de punta al aflorar bellos sentimientos, y cuando ya he llegado al comentario de tu amiga Paz ha sido imposible evitar que una lagrimilla se dejara ver. No es que yo conozca a Paz, que no, pero ya me gustaría, porque pinta ser una bellísima persona. Pero tus palabras, y sus palabras, han traspasado la pantalla y quería que lo supieras. Y es que tienes un don para narrar como pocas. Eso también tenía que decírtelo, aunque me temo que no es la primera vez ni va a ser la última.

    Por cierto, me gusta la limpieza que has hecho en tu blog.

    Un beso gordo!

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  7. Yo no se expresar tan bien como Montse, los sentimientos, pero quería decir que leer vuestros comentarios me ha emocionado, es un honor para mi formar parte de la vida de Montse, ella si que es una tia fuera de serie... y lo sabéis!!! Jejeje

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