SOPAS SANAS QUE CONFORTAN DIAS FRIOS

Sí, sí, ayer llegó la primavera y la gente se volcó como loca a abrazar nuevos dioses…. Yo soy más “desconfiada” y ya escuché al hombre del tiempo anunciando lluvias y bajada de temperaturas para el fin de semana. En el gim, en la piscina, todo el mundo se pone al sol en las tumbonas de fuera…. Un poco pronto no? No sé,  yo como soy mujer de climas fríos (Ay mi Chicago!!! léase con el tono melodramático de Vicente en ANHQV) me asusta que empiece ya un largo verano.. a mi el calor me asfixia, me quita energía, me desgana, me arrincona. Sí, es precioso que el día sea largo, que el cielo sea azul y que las flores hayan florecido.  Pero a mi que me den días claros y azules de invierno (que tenemos muchísimos en nuestro país),  un frío tolerable que nos haga llevar abrigos y jerséis, envolvernos como cebollas, qué tengamos ganas de refugiarnos en bares calientes y bebamos copas de vino que atemperen nuestros cuerpos, que abrir el horno en nuestras cocinas no sea un castigo, que nos de ganas de amasar panes y disfrutar con nuestros guisos y pucheros, campos de tonos ocres y si es posible unos cm de nieve que amortigüen los ruidos de la ciudad… Esa es mi meteorología ideal.

 

Y previendo esta bajada de temperatura del fin de semana he preparado una cálida sopa de inspiración japonesa para tomar mirando por la ventana como llueve. La receta de Hedi Swanson, una fotógrafa y blogger californiana que publica en Food&Wine (número de marzo 2014). Su blog, 101 Cookbooks es uno de esos blogs claros, limpios que hablan de cocina sana, vegetariana y nutritiva y que ha obtenido numerosos y prestigiosos premios.

 

No había trabajado nunca con miso, pero me ha gustado. El miso no es más que una pasta aromatizante fermentada hecha de semillas de soja y/o cereales y sal marina.  Durante siglos se consideró un alimento curativo  (contiene enzimas que ayudan en la digestión, aporta vitaminas, minerales y proteínas). Para la fermentación del miso se usan barricas de cedro dónde se deposita el producto durante más de un año (los industriales obviamente no siguen un proceso tan elaborado). El que vamos a usar en esta sopa es el miso blanco (Shiromiso) cuya fermentación ha sido de aprox. un año y tiene un sabor más suave, pero existen el miso rojo (Akamiso) con fermentación de 2 años, el miso negro (Kuromiso) tres años y el Hatchomiso que es la variedad más concentrada y proteíca ya que no lleva grano añadido.  Es conveniente que una vez incorporemos el miso a un preparado no lo llevemos a temperaturas extremas, es decir, que no hierva, ya que al contener enzimas vivos y aminóacidos su función quedaría destruída (favorecen la flora intestinal).  Se compra fácilmente en los comercios orientales.

 

El tumeric ó cúrcuma, tiene también multitud de propiedades (se le atribuye un poder anticáncerigeno pero los estudios científicos no han confirmado aún este hecho). Es una de las especies más utilizadas en la India, dónde su uso originario era el de teñir (su color amarillento da a todos los platos un bonito toque dorado, como en la sopa de hoy).  Forma parte del curry dándole el color característico. Parece que no es fácil de digerir pero si se mezcla con pimienta negra (curry) lo es mucho más.

 

El hinojo  es un bulbo que está siendo cada vez más utilizado en nuestro país. Su sabor ligeramente anísado es ideal en ensaladas y en sopas y su uso más común es en los encurtidos y aliños (aceitunas).  Muy beneficioso, destaca para aliviar la sintomatología de cólicos y dolores estomacales, flatulencias y para las vías respiratorias en caso de catarros. Favorece la digestión, contribuye a expulsar los gases, reduciendo la hinchazón y vientre hinchado.

 

Como no me gusta el tofu no le puse, pero está incluido en la receta.

Con esta receta participo en el concurso de los supermercardos Bonpreu, en su XV edición.

 

 

 

SOPA DE MISO CON CÚRCUMA Y TOFU

 

Ingredientes:

(para 4 personas)

½ bulbo de hinojo

1 zanahoria

1 cebolla

1 ajo

1 cucharadita de granos de pimienta negra

2 cucharitas de café de cúrcuma

3 cucharadas de sopa de miso blanco

Tofu cortado en cuadraditos como picatostes

Sal

Cebollino para adornar

Aceite de oliva vírgen extra

 

En la olla dónde vamos a hacer la sopa poner un poco de aceite de oliva y sofreír en ella a fuego suave cortados en brunoise la cebolla y el ajo. Incorporar la zanahoria y el hinojo.

 

Añadir los granos de pimienta y la cúrcuma y el agua y dejar que hierva. Cuando las verduras estén hechas (15-20min), según la receta original quitarlas para dejar la sopa líquida. Yo no lo hice, me gusta encontrarme las verduras como picatostes también. Os aconsejo que no lo hagáis.

 

En el último momento, con la sopa ya caliente pero sin hervir añadir las cucharadas de miso. Con ayuda de un batidor manual o una cuchara incorporarlo bien (se deshace muy bien). Probar entonces de sal, porque el miso aporta ya un fuerte sabor. Añadir los cubos de tofu si vais a incorporarlos y dejar al fuego unos 2 min pero recordar no llevar a ebullición para no destruir las propiedades del miso.

 

 

 

Servir con un poco de cebollino cortado por encima.

 

Deliciosa, rápida y nutritiva!