Al
igual que con el Ramadán y todo lo que rodea a la cultura musulmana me gusta observar la cultura judía… pero no… prefiero sobre todas las culturas religiosas seguir esta última.
Como ya comenté la última vez que hablé de ello, siempre me ha gustado, en sí, la
cultura hebrea.
Alguno
sonreirá y dirá que lo que me gustan son esos perfiles retorcidos de los
hombres judíos. SI, también, lo reconozco. Pero no son razones tan frívolas. Desde que leí El Manantial de Israel de James Michener que novela la historia del pueblo
judío, comenzando por el hombre de cromagnon hasta nuestros días, quedé hechizada. Todo lo que rodea a la religión judía me parece más mágico,
más poético y más misterioso que otras formas de comprender el concepto Dios.
Claro que nada es perfecto y que a veces las cosas que se hacen en nombre de la
religión, sea la que sea, no merecen ninguna admiración y por supuesto ningún
comentario. No es el caso. Y no es que yo sea una persona “religiosa” pero me
merece un respeto inconmensurable el seguimiento de tradiciones ancestrales y
todo el ritual que las rodea.
Ayer
al atardecer, comenzó el Rosh Hashanah, el año nuevo judío. Las festividades
judías siempre empiezan la víspera del día antes, es decir, “mañana comienza ésta
tarde”. Rosh Hashanah significa literalmente “cabeza del año” porque es la
primera de las fiestas del calendario, situada en el mes Tishrei. De 17 meses consta el mismo y aunque Tishrei no es el primero si que es el mes
en que cambia el número del año. Este que comenzó ayer es el año 5744. No es una celebración al uso católico u ortodoxo llena de fiestas
y festivales sino que se trata de un tiempo de reflexión y oración.
Rosh
Hashanah es el día en que Dios creó al mundo y a Adán. En la plegaria de la
mañana se toca el Shofar (un cuerno que suele ser de carnero) que invita a la
meditación, al autoanálisis y a retomar el camino de la justicia. Los
siguientes días son de reflexión, de hacer balance de los actos
realizados y todo finaliza al cabo de diez días en el Yom Kippur,
que es el día del Perdón y que es un día de ayuno.
En cuanto
a la comida, las tradiciones alimentarias se rigen por normas muy estrictas. La
religión judía prohíbe comer comidas excesivamente grasas y poco saludables y carne procedente de
animales que se alimenten de carroña. También las leyes judías no permiten
mezclar carne con productos de diario (como la leche), porque el cuerpo tarda
diferentes tiempos en consumirlos. Todas estas normas se reducen y se encuentran bajo la denominación Kosher.
Este
año el RH coincidirá en su fin con el inicio del Shabbat (el día del descanso semanal) lo que le hace diferente
de otros años. Según la tradición tiene que encenderse una vela blanca la
víspera del Shabbat, que ha de dejarse
abierta hasta que se consuma totalmente. Ningún fuego puede encenderse durante
el Shabbat y cualquier otra vela o lumbre tiene que encenderse de esta primera.
Durante
el RH hay muchos dulces en la mesa, que simbolizan los buenos augurios
para el año entrante. La miel es uno de los favoritos. Se suelen comer platos con manzana o melocotones
bañados en miel. Ésta representa la salud y el bienestar. La tierra de Israel
ha sido nombrada como la tierra de “la leche y de la miel” en la Biblia.
También
es típico que haya Challah, ese maravilloso pan trenzado judío,
pero en vez de con forma alargada ésta debe ser redondeada simbolizando el ciclo de
la vida.
Yo he
hecho esta sencilla sopa con Kreplach. Son los dumplings, raviolis, wontons
judíos. En los hogares asquenazíes se suele servir en el RH. Los asquenazíes
son los judíos europeos que se asentaron en la Europa central y oriental
después de la invasión romana de Jerusalén. Ashquenaz es el nombre hebreo para
Alemania. Estos judíos desarrollaron leyes y normas diferentes a otras
comunidades e incluso un idioma; el Yidish. Representan la comunidad judía más
numerosa.
La
receta es de un blog encantador, Tori Avey dónde Sischa versiona la antigua receta de su madre. Es un plato económico al hacerse con un
sencillo caldo de pollo y utilizar la carne del mismo para el relleno. Pero
pueden rellenarse de otras viandas e incluso es muy típico hacerlo de puré de
patata.
Como
los wontons los kreplachs pueden servirse fritos y crujientes, pero a mi me
gustan más así dentro de la sopa. Es un plato suave, delicioso y poco calórico.
Sischa comenta hacia el final que la familia de su marido (de procedencia rusa)
lo sirven dentro del caldo con una nuez de margarina (o mantequilla si no se están siguiendo las
normas koscher) y nueces picadas. Un toque delicioso que probé en otra ocasión.
En la
foto, al fondo, veréis un plato con pequeñas berenjenas confitadas (color morado) es uno
de los snacks más típicos de la comunidad judía (me recuerdan a las berenjenas de Almagro).
KREPLACH
(para
4 personas)
Para
el caldo:
½ pollo
y media carcasa
Unas
ramas de apio
1 chirivia
1 nabo
1
puerro
1
zanahoria
sal
Para
los Kreplachs:
1
paquete de masa de wonton o dumplings orientales (*)
1
ramillete de eneldo
1
cebolla
Aceite
de oliva virgen extra
Sal/Pimienta
Preparar
el caldo como lo hacemos usualmente (ponerlo todo a hervir, desespumar y dejarlo por espacio de 1 hora aproximadamente. Si lo tenemos destapado añadirle pequeñas cantidades de agua de vez en cuando).
Una
vez hecho, separar el pollo y desmenuzarlo.
Sofreír
en aceite de oliva una cebolla cortada en brunoise.
Poner
en la picadora el pollo, la cebolla y un poco del aceite de sofreírla. Picar. Tiene
que tener una consistencia como de relleno de canelón. Pequeñito pero
notándolo. No un puré.
Salpimentar
y añadir algo de eneldo en la mezcla.
Coger
la pasta. Si queréis hacerla por vuestra cuenta tenéis el paso a paso en la
receta original.
Poner
una taza con agua tibia cerca de vuestra mano. Coger una lámina (yo usé de
forma redondeada), ponerla sobre la palma y con el dedo mojado en agua de la
otra mano, mojar todo el circulo externo de la masa. Poner una pequeña porción
de masa en el centro de la oblea. Doblar en semicírculo y pegar tan solo la
mitad. Con la otra mitad metemos la punta hacia dentro haciéndola llegar al
punto de unión de la otra parte y convertirla en dos (esto es mucho más fácil
de lo que parece pero podéis ver el paso a paso y os quedará clarísimo).
Podéis hervir los kreplachs, pero yo los hice al vapor. Existen dos formas de hervirlos, en el mismo caldo, pero os consumirán bastante de él o aparte y luego los añadís en el último momento. En cualquier caso tardan unos 20minutos.
Podéis hervir los kreplachs, pero yo los hice al vapor. Existen dos formas de hervirlos, en el mismo caldo, pero os consumirán bastante de él o aparte y luego los añadís en el último momento. En cualquier caso tardan unos 20minutos.
Servir
espolvoreado con eneldo.
Feliz
Año!
(*)
esta pasta la podéis encontrar en cualquier comercio oriental de vuestra
ciudad.
De la cultura jueva, m'encanta el Liekaj, un pa especiat molt bo, que és l'origen de l'actual pain d'épice francès (amb mel, canyella i gingebre). Aquesta sopa ha de ser molt bona!
ResponderEliminarSiii, es buenísimo, pero Caty Pol de Circus Day, ha publicado una versión hace unos meses, y quería traeros algo no comentado. Su receta en http://circusday.blogspot.com.es/2013/05/honeycake.html
EliminarDe flipar!!! no me puede gustar más...
ResponderEliminarQue en saps!!!! Per mi és una autèntica desconeguda, com moltes altres cultures. Gràcies per apropar-nos-hi! la veritat és que es veu deliciós, ets una artista!
ResponderEliminarPer cert, la última foto de l'esquerra és preciosa, m'agrada molt, la del primer pla dels kreplachs.
Bon cap de setmana, guapa!
me parece muy interesante lo que cuentas! me gusta mucho la comida kosher, y mira que no soy judía ni nada que se le parezca, pero he viajado a oriente medio y me ha fascinado tanto la comida árabe como la judía...
ResponderEliminarMuy rico, seguro.
Ostres, aquest post és tota una llicó de cultura jueva!
ResponderEliminarla veritat és que desconec totalment la cultura gastronòmica jueva, o sigui que el teu post, tota una lliçó!
ResponderEliminarVeig que els dies comencen igual que els de la cultura musulmana, al vespre...
Una abraçada,
Estem mès alabora del que pensem..... un petò Georgina!!!!!!
EliminarFa uns anys la cultura jueva era una total desconeguda per a mi, les úniques referències que tenia eren de pelis i series de tv. Viatjar una mica pel món (Jersuralem, Berlin, Varsòvia, etc.) m'ha fet descobrir-ne més detalls, i com totes les religions crec tenen coses bones i coses dolentes, suposo que el problema a vegades són els extremismes. Però bé, pel que fa al tema gastro res a dir, tot el contrari els plats d'aquesta cuina que he tastat fins ara m'han semblat molt bons, el kreplach però m'ho apunto a la llista de pendents!
ResponderEliminarohhh no me canso de aprender contigo April, que interesante, aunque para mi ( y frivolizando también ) Carry es mucha Carry... jaja! oyeee y de la religión yo es que no me quedo con ninguna, pero de la cocina sí y la comida judía que he probado en el extranjero me ha gustado siempre mucho! un besito y gracias por compartir tu sabiduría y buen hacer wapaaa!
ResponderEliminarHola mi linda!!
ResponderEliminarMe encantó tu post de hoy, me parece super interesante todo lo que nos cuentas y sobretodo con la intensidad que lo describes y sientes!!!..se nota que te apasiona esa cultura. A mi tb me resulta muy atractiva, más que la religión en si, el todo..porque sin religión no se podría entender la cultura, al estar están íntimamente unidas :)
Cuando estuve en Londres estuve en el local más antiguo de la ciudad donde hacían unos baggels y panes maravillosos ...y la verdad es que pensé en ti al verlo..a ti te encantaría es un lugar lleno de colas..tantas que no pude probar ninguno de la cola que había que hacer :(..pero bueno, es una excusa para volver!!!
Me enrollo y no te digo nada de tu estupenda receta!!!..pero creo que tú ya sabes que a mi me gustan mucho estas cositas, verdad???..pues si!!! esta receta te la copiare!!! :) y pronto!!!
Miles de cariños!!!
PS..estoy leyendo un libro "dispara, yo ya estoy muerto"..lo acabo de empezar..pero creo que te gustaría ;)
cariños Mon preciosa!!!!!!!!!!!!!!!!
Ei, nena acabo de donar una ullada a les teves publicacions i t'he de dir: NOTA 10.
ResponderEliminarEncara que jo les religions les deixo de costat, ja ho saps.
Una abraçada i continua així!
Nani
Esto se va al FB mañana...que pasada de artículo, de sensaciones y belleza en un solo post, y la receta es brutalmente deliciosa!!!
ResponderEliminarUn beso enorme mi adorada ;)
Nos encanta tu post: es interesantísimo.
ResponderEliminarY la receta, una delicia.
Un abrazo.
Magnific post...magnific!!!
ResponderEliminarUn petonet
pasaba por aqui y pensé en dejarte un besito <3 muassssssss mi guapa!!!!!!!!!
ResponderEliminarun post para recordar. Besos
ResponderEliminarhola de nuevo y un post muy interesante culturalmente y mas para mi que no tengo ni idea de la gastronomia judia y la receta una sopa muy sutil y sencilla pero buena.
ResponderEliminarBuen finde
Bss
that looks like chinese dumpling. must be delicious.
ResponderEliminarImpresionante entrada, me has tenido leyendo con vivo interés todo el rato, hoy si que puedo decir que he aprendido algo nuevo, gracias por compartir.
ResponderEliminarImpresionante entrada, me has tenido leyendo con vivo interés todo el rato, hoy si que puedo decir que he aprendido algo nuevo, gracias por compartir.
ResponderEliminarM'encanta aquesta cuina exòtica!
ResponderEliminarI de fet no ho és.. perque si es jueva és més antiga que Jesús!
M'agraden molt les teves referencies a l'Amèrica del Nord.
Recordo en una ocasió haver estat a la sinagoga per cel·lebrar l'any nou..
I de NY em vaig portar la meva afició pel patchwork i per les galetes!!!
Un petó estimada Mon!
no había visto esta entrada, que feliz me siento con una receta así, buenísima. Boker tov!
ResponderEliminarCoincido contigo a mi la cultura hebrea me fascina aunque como en todas las religiones cuando se prohibe algo ta vamos mal encaminados.
ResponderEliminarY las berenjena de las que hablas las probé en Eilat en el 2000 y me sorprendieron gratamente porque saben o se parecen a unas que hace mi madre tipo almagro. Felicidades por el post. Me encantan los posts que cuentan algo más que dar la receta