Gemma me dijo el otro día que era una heroína por hacer pasteles con este calor. Es
verdad. Pero clarifico, no héroe en el sentido más “noble” de esta palabra,
sino en su acepción más arriesgada, es decir, inconsciente…porque la verdad, quién se pone a pasar un fin de
semana haciendo pasteles en una cocina como un “zulo” y con unas temperaturas
casi de color naranja fuego en los mapas del tiempo?…. Pues sí… esta soy yo.
Pero la ocasión lo merecía. Uno de mis mejores amigos cumplía 40 años y él con
ilusión por entrar en la década prodigiosa había alquilado una casa rural para
reunir allí a todos sus amigos…Enseguida me ofrecí para hacer los pasteles,
aunque cuando lo hice era Marzo.
Cómo
además la mayoría de integrantes de la fiesta iban a ser extranjeros el listón
estaba alto. El es una extraordinaria persona y yo puse mi expectativa de lo
que quería hacer a la altura de su valía. Es decir, bien arriba. Así que desde
hace un par de meses, buscaba la forma de intentar “sorprenderle”.
Mi
primera idea fue hacer el precioso pastel de To Be Gourmet
que me tiene enamorada desde que lo publicó. Un precioso pastel de dos pisos
decorado con tiernos corazones de chocolate…pero dos temas me frenaban…. Mis
pocas habilidades con el tema decorativo y el tema del traslado a la casa rural
dónde se iba a celebrar la fiesta, siendo tanto yo como mis amigos, seres humanos sin
carnet de conducir. Todo ello convertía esta decisión en un acto de imprudencia
que me hubiera llevado a volver a calzar la piel de Bridget Jones, y … la
verdad…quiero dejar de dibujar X en esa tabla….. aunque me divierta contarlo
luego (cuando mi orgullo herido deja de
llorar y trato de positivar ese tipo de situaciones).
Así
que pasé a hacer dos pasteles…una sacher y un gâteau francés. Y los decoré con
flores. Unas comestibles y otras no. Pero ahora os lo explico más detenidamente.
Para
ambos usé 2 veces la receta, es decir, hice 2 sacher y 2 gâteau. Contaba con
que habría unos 30 adultos y unos 6 niños… no quería que faltara. Y la
verdad…me está mal decirlo, pero quedaron preciosos.
SACHERTORTE
Una
vez fríos igualé con un cuchillo los dos pasteles uno encima de otro. Después
los separé y dividí cada bizcocho en 2 y lo rellené con mermelada de
albaricoque casero. Y también puse mermelada en la unión de ambos pasteles.
Lo
cubrí con el garnache de chocolate, metí en el congelador unos 15-20 min. y
después volví a dar otra capa de garnache. De nuevo a congelador y luego le
vertí el glaseado. Como íbamos a pasar calor en el viaje, congelé totalmente el
pastel durante la noche anterior al evento. A la hora de comer estaba perfecto.
Una
vez en la casa rural lo terminé de adornar.
Le puse en el centro celosías (crestas de gallo). Ésta flor me encanta.
Parece coral de terciopelo. La compré en Flores Navarro, mi tienda favorita de
flores y plantas dónde siempre hay multitud de flores y a un precio asequible. Rodeando el pastel y para “tapar” algún que
otro golpecito producido en el traslado usé hojas de menta.
GÂTEAU CON GARNACHE DE CHOCOLATE BLANCO
Hice
de nuevo dos gâteau. Como la sachertorte, este pastel lo publiqué ya anteriormente - aquí -. Una vez fríos los coloqué uno sobre otro y los igualé con
un cuchillo. Puse mermelada de
kiwi entre los dos pasteles...en este caso no quedaron tan altos y no los subdividí. La mermelada de Els Fruits Saborosos,
buenísima.
Garnache
de chocolate blanco
Este
garnache es una receta de Manu, Cocinando con Catman.
Os explico como lo hice:
350g
de chocolate blanco
200 ml
de nata superior al 35%
Calenté
hasta llevar a punto de ebullición la nata. Coloqué el chocolate blanco en un
bol cortado en pequeños pedazos (en mi caso eran escamas compradas en una
tienda de chocolate) y vertí la nata en él. Al cabo de unos minutos revolver
con una espátula hasta su total disolución. Poner en la nevera hasta que esté
muy frío.
Batir
con una batidora y montar el garnache (a mi me montó bien!). Dejar en la nevera
hasta que vayamos a utilizarlo.
Puse
una primera capa de garnache en el gâteau y lo metí en el congelador. Lo saqué al cabo de
unos 15-20minutos, puse una segunda capa. Lo dejé en el congelador como la
Sacher para llevarlo con más tranquilidad a la casa rural (las temperaturas han
sido altas y así garantizaba la “integridad” del garnache y del pastel).
Una
vez allí lo adorné con pequeñas clavellinas moradas compradas en la Boqueria en
Petràs que vende flores comestibles. El hecho de que sean comestibles quiere
decir que no se han usado químicos en su floración.
También
coloqué Eustomas, unas flores blancas que recuerdan a las rosas y que quedan
muy bien, al pie del pastel rodeándolo.
Y eso
fue todo. Elaborado pero como le dije a mi amigo, fue hecho con amor, así que
fue un placer. Su cara cuando vió los pasteles fue suficiente.
No
querría dejar de mencionaros la casa rural. Es una masía catalana preciosa a la
que se accede desde la carretera con un camino que estaba rodado de mazorcas en
pleno crecimiento, un jardín posterior con barbacoa, piscina interior, dos
cabras y un gallo precioso. Está en Oris, muy cerca de Vic. Os dejo el enlace
por si alguien estuviera interesado: Masia Mas el Pla.
Et van quedar fantàstics tots dos...i realment, amb aquesta calor, segur que va ser heroica l'elaboració!
ResponderEliminarQue si, que ets una heroïna, en el bon sentit de la paraula, què carai, i una bona amiga!!!!!
ResponderEliminarEt van quedar preciosos, què, espectaculars!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Segur que vas triunfar!!!!
I quina masia més maca, no? Aquest amic teu també comença a ser un dels meus herois imaginaris, la seva sensibilitat és extrema i una festa així no és per una persona qualsevol, es per algú que realment es fa estimar! Felicitats als dos i a tota la colla d'amics per tal esforç perquè tot surtís així de perfecte!
Que tartas más impresionantes!! des de luego una manera muy dulce de entrar en la cuarentena! No sabría por cual decidirme, quizás por el de chocolate, que es mi perdición ;-)
ResponderEliminarAdemás de ponerte a hacer pasteles con este calor, no solamente haces uno, sino dos. Muy valiente!!!
ResponderEliminarEres una artista. Buenísima idea la de congelar el día anterior la tarta, y tu decoración es de lo más creativa. Me gusta la tarta de chocolate, con esa menta alrededor (que yo, seguramente también me comería: me encanta esa mezcla). Y la casa una pasada. Tomo nota del enlace. Besitos
Jo en faig uns quants més de 40 el mes de novembre...t'ho dic amb prou temps perque t'organitzis, heheh!
ResponderEliminarPtnts
Dolça
Unos pasteles preciosos y seguro que riquisimos!!! Asi decorados con flores han quedado preciosos!!
ResponderEliminarJolin.... y no sobró ni un trocito para tu gran amiga!!! Pues dentro de poco tendremos que hacer el de coco!!! que esto ya huele e Ivan me lo pide a diario (un poquillo exagerada yo!!!). Preciosos Montse.
ResponderEliminarque buenos y que bonitos , la verdad es que ami la cocina me relaja aun que llegue a casa cansada . me encierro en la cocina i voy haciendo alguna cosita encender el horno no me asusta abro ventanas i me refresco de vez en cuando salgo a la terraza mientras cuece o me meto un chapuzón para mi es rozar la felicidad , crear cocinar dejando la cabeza en otro lugar .. besos grandes !
ResponderEliminarMare meva, espectaculars!!!! I quin mèrit fer-los amb aquesta calor :DDD
ResponderEliminarolé!! Quin festival, Mon!!
ResponderEliminarBon dia, April,
ResponderEliminarFelicitats per tota la feina que fa feliç algú!
Gràcies per les clavellines! La flor que tenia sempre la meva iaia!
Bona rentree de setembre!
Hola! Acabo de tornar de les vacances i passo a saludar, tinc molta feina atrassada amb els blogs :)
ResponderEliminarUau, tots dos pastissos tenen una pinta sensacional! N'agafaria un tall de cada ;)