"....Era un día soleado y radiante y ella se sentía volar: ÉL venía a comer. ÉL, para situaros, era el hombre que la tenía loquita.
Se sentía poderosa y bella,
porque leía señales en el aire que le confirmaban que sus sentimientos eran
correspondidos. “Love was in the air”. Se imaginaba como las heroínas románticas
de Jane Austin o como Meg Ryan, atesorando palabras y juegos que desembocarían
en un romance de otoño. Pero no fue Jane
Austen la que auspició esa “cita” sino otro personaje cinematográfico; Bridget Jones.
En las múltiples comidas
sociales que habían compartido, ÉL, un sibarita como ella, le había expresado
cuáles eran sus platos favoritos. Habló, de un maravilloso civet de jabalí que
le cocinaba una tía anciana de un pueblo lejano. Ese día, ese dato, se había
grabado en su cerebro como un tatoo, en el cajón del fondo a la derecha “cosas que
hacer para impresionarle a ÉL”. Nunca lo
había cocinado, nunca lo había probado, pero se sintió capaz. Así era; impulsiva, osada, “loca”. Pero no
tanto…para asegurar el tiro una semana antes lo cocinó para unos amigos. Tenía
que estar segura que sabría hacerlo y que estaba bueno. El civet obtuvo un Cum
Laude. Estaba lista.
Esa mañana se levantó muy
temprano. Arregló la casa y empezó a ser
presa de los nervios pero aún no lo notaba. Puso el cd de Mamma Mia, necesitaba
música alegre, optimista y vital y abrió una botella de vino. Le gustaba esa
imagen de mujer segura y autosuficiente que se ve en las películas americanas dónde siempre cocinan con una copa-globo de
cristal con vino.
Eran las once. Tenía tiempo
de sobra. Sacó el civet del adobo en que había estado desde hacía un día y lo
sofrió pasándolo a la cocotte. Pochó la cebolla, añadió el vino y el jugo de la maceración,
las especies y lo dejó tapado dejando que la química convirtiera aquello en un
estafado delicioso. Sorbió un poco de vino... y pensó qué aspecto traería.
Seguro que estaría un poco moreno, le encantaba ir a la playa con sus hijas.
Delgado, como siempre, no dejaría de decir que había vuelto a adelgazar una
barbaridad.... siempre estaba con esto.... pero comía fatal, como todos los
hombres desorganizados. Pensaba en él y las mariposas aleteaban en su
estómago...
Cogió ese viejo mortero
blanco de mármol (que pesa una tonelada pero que le encantaba usar. Decía
que le hacía sentirse como Tita) que heredó de su abuela y preparó la picada.
El vino, con el estómago
vacío, empezó a navegar por sus venas y sentía su calor. Estaba más cómoda,
aunque los nervios la tenían también dominada. Se había terminado el CD y puso
otro de Vonda Shepard. Oyó esa canción, “I only want to be with you” que tanto le gustaba y se
sentó en el sillón, como disfrutando de este momento de tristeza-melancolía y
deseo.
El olor del estofado la
devolvió a la cocina.... Incorporó la picada y programó el reloj de la cocina
para que sonara en 10min. Estaba quedando todo estupendo. Sería un éxito. Puso
la mesa. El primer plato, foie, otro de los favoritos de ÉL (ella no comía por
principios) se hacía en el último momento. La manzana pochada sobre la que iba
a reposar estaba hecha desde primera hora.
Se duchó, acicaló pero no
mucho, que no pareciese que lo hubiera hecho (esos pensamientos tan
contradictorios que tenemos las mujeres) y se puso ese vestido tan moderno que
compró hace poco y aún no había estrenado.
Sonó el interfono. Dios que
susto!!! Estaba allí a unos metros de ella. El corazón se le desbocó. Contestó
y oyó su nombre. Abrió la puerta.
Llevaba una camisa tejana
pálida y gastada y unos tejanos. Entró y estuvieron unos segundos incómodos,
sin saber muy bien que decir y agotaron los recursos clásicos; el verano, los
niños, el calor. Le ofreció una copa de vino que aceptó presuroso. Salió
corriendo de allí con la excusa de terminar con la comida.
Los nervios ya la habían
poseído en su totalidad. Empezó a no saber que tenía que hacer y le oyó venir
con un.. “necesitas ayuda?”. Sonido de alarma de submarino ante un ataque, luz roja circulante dándole en la frente...le pareció que la cocina parecía un campo
de batalla y no quiso que la viera. Su casa no era el palacio de Oriente apenas
50m2 así que con un ademán rápido se puso en el marco de la puerta como una femme fatale,
así como muy natural apoyándose en el quicio, para cerrarle el paso… (maldijo
ese día que hecha una mujer moderna quitó la puerta para convertirla en una
cocina abierta) y le dijo lo más
naturalmente que pudo, si quería cambiar el cd y que abriera el vino.
Mientras, pareciendo un
pulpo en su propia cocina, pasó por la plancha levemente el foie y lo puso
sobre los platos con la manzana que había dejado preparados. Los llevó a la
mesa, no sin antes dejar el estofado a fuego muy suave para que se calentara.
El puré de castañas de acompañamiento ya estaba preparado.
Se sentaron en la mesa. ÉL
sirvió el vino y comieron despacio, hablando del día. Ella no probaba bocado, estaba
nerviosa y ya se sentía un poco perjudicada con el vino que ya había bebido. Tan
sólo pensaba en las cosas que quería oír, decir, o sentir (esto sobre todo). Le miraba a los ojos
y se llevaba la copa a los labios con cierta timidez y porque no decirlo, con pretendida
coquetería. Se sentía como Meryl Streep delante de Robert Redford en Memorias de Africa (aunque hubiera sido más acertado sentirse como Meryl delante de Clint, en los puentes de Madison) Afortunadamente ÉL tenía ganas de hablar (era uno de esos hombres
con un gran YO) y ella lo agradecía.
Al terminar con el foie ella
le preguntó cómo estaba… él en un ataque de sinceridad - que no esperaba- dijo:
“muy bueno, pero no pusiste sal no?”…. Mierda! La olvidó cuando lo pasó por la
plancha….madre mia! como podía cometer ese tipo de errores???
Al rato fue a la cocina a buscar el
estofado…y allí es cuando recordó la sopa azul de Bri. Lo notó en 2 segundos.
El olor cuando un guiso “se engancha” es el olor más frustrante del mundo.
Aunque corras y lo cambies de olla, o aunque pongas un trozo de patata… es
demasiado tarde. Tenía que estar perfecto y se engancha en los últimos 5 min.
Qué ingrata es la cocina! Y que estúpida se siente allí de pie sin saber si
tirar la cocotte por la ventana (suerte que pesa!), gritar con la excusa que ha
visto un ratón y salir a terminar de comer al italiano de la esquina o
simplemente ponerse a llorar! ÉL pregunta, se percata de que algo sucede ante
sus palabras entrecortadas, le dice que no pasa nada, finge que no lo huele
(ella parece que se enfada…no le gusta que la traten de tonta…y huele, vaya si
huele), y va y se sirve ÉL mismo de la cocotte y se lo lleva a la mesa. Se lo come, moja pan y lo alaba “lo
justo”. Pero ella sabe que no ha superado a la tía del pueblo y que encima, esa
medalla de cocinera que se había colgado en todas sus conversaciones acaba de
caer estruendosamente al suelo. Ella no se escribe con mayúsculas...."
Cuaderno de Bitácora, Abril Expósito
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Manu,
ese hombre casi 10 que lleva junto con Fran el fantástico blog “Cocinando conCatman”, ha convocado un maravilloso concurso por su tercer aniversario. Recetas
que provoquen sonrisas. Creo que en este caso, cumplo las expectativas o al
menos lo espero.
Uno de
los blogs para mi más importantes en estos 3 años tuyos y casi 3 en que te sigo
yo, es el tuyo Manu. Y lo sabes, porque en cuanto has publicado algo que no he
podido resistir, he corrido a hacerlo y ponerte luego una foto en tu FB para
que sepas que eres un crack y que, cada vez que publicas, estoy ahí, a ver con
que me sorprendes. Y lo haces muy a menudo….Me encanta la cocina de tu tierra adoptiva
y como tu y esos otros blogs fantásticos de las islas la revalorizáis y la
convertís en internacional. Me gusta tu atrevimiento a la hora de emprender
recetas aparentemente complicadas, de meterte en retos y nuevos proyectos. No
sólo me gusta, miento, me da una envidia enorme. Me gusta que ames a los
animales y me gusta que tengas a alguien que te ame, como Fran. Eres
impulsivo también, y aunque eso, a veces causa pequeños desarreglos sé que
sabes arreglarlos o adaptarte a ellos. Me gusta que siempre estás sonriendo en
las fotos.
La receta es del libro "Gastronomía de Catalunya" de Luis G. Cierco Soliva.
CIVET DE
JABALÍ
(El civet lo compré en la Boqueria en una parada que hay de caza. lo venden congelado en piezas de 800-1,000g. Pero podéis comprarlo en vuestras carnicerías encargándolo previamente )
Ingredientes:
(para 4 personas)
1 kg de jabalí
1 l de vino con
cuerpo (yo usé un Rioja, Cune)1 vaso de vino rancio o vino blanco
1 zanahoria
1 cebolla
1 cabeza de ajos
1 hoja laurel
Tomillo/Romero
Sal
Pimienta en grano (varios granos)
1/4 de una ramita de
canela
Caldo ligero de pollo o de verduras
Picada:
Almendras, avellanas
1 rebanada de pan frito
1 ajo frito
1/2 pastilla de chocolate o una cucharadita café de caco en polvo sin azúcar
Se pone en un bol el jabalí troceado, las
verduras cortadas, los ajos (sin sacar de la cabeza), el laurel y la canela, los granos de pimienta y el vino negro. Dejarlo al menos 24h en la nevera y
removerlo un par de veces para que todo el jabalí se empape.
Separar el jabalí de las verduras y del vino.
Reservar. Sofreír el jabalí, sacar de la cocotte. Cortar la cebolla en brunoise y pocharla. Quitar los ajos de la cabeza, pero pasarlos por la sartén sin pelarlos. Volver a incorporar la carne a la cocotte y el vino con los jugos de la carne en la maceración. Añadir el vino rancio. Dejar reducir unos minutos y a continuación añadir el caldo de pollo o verduras hasta cubrirlo. Cocerlo a fuego
lento sobre unas 2 horas (tiene que quedar bien meloso).
Hacer la picada. Freír en aceite bien caliente la rebanada de pan y el ajo. Se puede picar todo junto con las avellanas en un mortero o con el pimer, añadiendo un poquito más de caldo que ayudará a disolverlo. En
los últimos 20min añadirle la picada al estofado.
Se puede acompañar de puré de castañas, o de manzana o con membrillo hervido previamente con agua, limón y un poco de sal. Lo cortamos a cuartos y lo pasamos por la sartén con un poco de mantequilla.
Estoy segura que le habrás arrancado una sonrisa a Manu y Fran! Sólo he probado una vez el jabalí y al contrario de lo que creía me gustó. Un plato bien original!
ResponderEliminarYo no me he reído, no, algo mil veces mejor, me he enamorado de ELLA, vibrante, llena de dulzura, de vida, de sonrisas y de esa ternura que las citas con ÉL elevan la temperatura de todos los sentidos...siempre te lo digo, a mi me fascina leerte, eres tejedora de vidas, de letras, de sensaciones que se despiertan y disfrutan, he saboreado cada palabra, entre sabores y aromas, los he recreado en mi imaginación y cumples, con notas altas no por hacer reír, sino sonreír desde el alma, como esta sonrisa que tengo ahora frente a la pantalla, como la tendría al charlar con una buena amiga de esos momentos, de esta maravillosa receta y de ti!
ResponderEliminarUn abrazo preciosa, y mucha buena vibra, suerte no la necesitas en el concurso porque ya la tienes toda en el corazón.
p.d. ahora apago y me voy con las margaritas y la fiesta ;)
Pues a mi me huele que alimenta!!! Esas cosas suelen pasar, jajaja...justo cuando mejor quieres hacer las cosas,zas!!!
ResponderEliminarMe quedo por aquí que creo que te han lanzado un reto #eldesafio que no me perdería por nada.
Besos.
Raquel
al ver una receta asi la sonrisa se dibuja enseguida en la cara del comensal un plato bien bueno y me alegro que al final no se enganchó.
ResponderEliminarUna sonrisa segura para Manu
Bss
Si tothom rigués més, les coses anirien millor, oi? :)
ResponderEliminarUN guisat gustós i contundent, ideal pels dies freds que s'acosten... Per sucar-hi pa i deixar el plat ben net!
ooh, y entonces qué pasa?? nos has dejado a medias!!! :P ajajaja
ResponderEliminarMuy buena la historia. El plato no me lo imagino, nunca he sido capaz ni de probar
el embutido de jabalí que siempre suele haber en las comidas de Navidad. :))
besos
Nena, no tinc paraules... m'has enganxat des del primer moment! Ets la bomba, i fins i tot amb un civet aferrat al fons de la cassola enamores a qualsevol
ResponderEliminarPetons
Sandra
Espectacular, estimada!!! M'encanta la historia, els desastres a la cuina amb el temps ens deixen un gran record i un fantástic somriure, jeje, perquè acaben sent el protagonista de les vetllades, per sobre de qualsevol altra cosa. Avui he recordat el dia que vaig fer per primera vegada i última els gnocchis, mai més ho he intentat, i el dia que vaig fer la fantástica crema 'amarga', que no se la va poder menjar ningú, només jo mateixa per solidaritat amb 'la cuinera', jejeje! Fantàstica la recepta, un 10 com l'amfitriona!!! Molta sort, que ja la tens tota!!! I per cert, estic segura que el vestit et quedava espectacular, vas brillar!!! ;)
ResponderEliminarPetonets!!!
Preciosa historia, aunque nos hemos quedado a medias...
ResponderEliminarY receta interesante: nunca hemos probado civet de jabalí, pero seguro que nos animamos después de leerte.
Un abrazo.
Com sempre ens has fet viure la història del principi!
ResponderEliminarNo he menjat mai senglar però diuen que està molt bo.
Petons.
Acabo de conocerte y que mejor manera, una entrada preciosa, y real, porque si, porque no todo siempre sale a la primera, porque nos ponemos los listones muy altos ¿no crees?
ResponderEliminarLa receta me parece muy buena aunque nunca lo he probado, siempre habrá una primera vez
Saludos
Buenoooo...y tu crees que a la tía nunca le habrá pasado eso???? ;) estoy segura de que si :)...solo se aprende cocinando y nadie nace sabiendo..además creo que la mejor comida es la que se disfruta en compañía..yo nunca valoraría más a alguien por su cocina buena o mala...que más da que se haya pegado!!!lo que cuenta es el cariño con que se hizo ;)
ResponderEliminareste cibet seguro que no lo hizo.............tiene una pinta maravillosa..yo siempre quiero hacer, pero la verdad es que encontrar jabalí es difícil, al menos para mi...te prometo que si un día lo veo, pensare en mi preciosa Mon y lo haré!...vale???? ;)
feliz día de las sonrisas mi bella amiga!!!!!!!muassssssssss
Me suena ese relato más de lo que te imaginas... me suele pasar siempre que viene gente a casa jajaja
ResponderEliminarese hombre casi 10?? wow eso es demasiado. Me gustas mucho Mon, ya lo sabes, porque lees entre líneas y tu sola has llegado a la conclusión de mi impulsividad, un defecto (o no, segun se mire) que procuro controlar cada día un poquito... serlo es malo a veces y otras, al reve´s es una ventaja. Que te voy a decir, que muero de ganas de achucharte en unos días, para mí es como un sueño hecho realidad, voy a conocer a Bridget Jones, ahí es nada.
Gracias por querer formar parte de este conjunto de sonrisas! muaks
Mon, he oído hablar tanto de tí! Me encantará conocerte! Escribes muy bien! De verdad te pasan todas esas cosas??? Un episodio Bridget en la cocina. No podía ser de otra manera tu post. Me ha arrancado una sonrisa, pero de ternura. Besos. Bea.
ResponderEliminarMadre mía del amor hermosooooo! qué pedazo de historia, pero te juro que hasta me he puesto nerviosísima... me has dejado clavada a la silla.
ResponderEliminarMe encanta esta receta, pero es que con la historia me bastaba, me he reido mucho!.
besos guapa!
me ha enganchado tu historia, jajaj, es verdad!! siempre sale algo mal cuando quieres hacer algo perfecto, es un horror!!!, genial el "arreglo desarreglado" así es y así lo hacemos las mujeres, un poco tontunería peroooooo. a Manu estoy segura que le ha encantado tu post ya tiene varios adjetivos por ahí: impulsivo, un poco narcisista y sonriente...Manu!!!! este concurso te va a hacer un retrato robot, jajja, bssss
ResponderEliminaral ver una receta asi la sonrisa se dibuja enseguida en la cara del comensal un plato bien bueno
ResponderEliminarmuchas gracias por tu post, es fantástico
Hola Mon! Me encantan estas recetas de “a fuego lento”, de disfrutar con el olor que desprende durante horas y de la suavidad con que se deshace la carne en la boca cuando se cocina así...de hecho, no sé si era tu intención o no, pero yo he visto cierta similitud entre la relación de los personajes y el plato en cuestión...pena que se le pegara al fondo, pero esas cosas pasan a veces, a menudo por despistarse y no ser constante en el interés que se pone...como en las relaciones, verdad? ;))
ResponderEliminarUn abrazo fuerte!!!
Hola April, perdona que no haya venido antes por el blog, pero como te imaginarás no tengo tiempo ni para respirar. Estoy segura de que a Manu le has arrancado una sonrisa, más bien yo diría una carcajada, porque conforme lo iba leyendo, me estaba imaginando la situación, tu cual diva con tu copa de vino, los nervios, etc y no se porque no falla, en situaciones así siempre falla algo, pero tu supiste salir airosa y ahora te ríes, porque ese plato estoy segura que lo has vuelto a repetir y te ha salido de muerte, besos
ResponderEliminarSofía
A y me alegro que te haya gustado la bica, mil besotes
ResponderEliminarSofía
Yo ya me había sentado a la mesa, y sería la perfecta invitada invisible con tal de probar ese civet que tan bien describes, que esos dos se miren con amor mientras yo devoro el plato ;)
ResponderEliminarÚltimamente estoy dispuesta a probar cualquier carne y esta me parece perfecta para ello, supongo que si buscara bien encontraría jabalí, tengo que hacerlo me parece delicioso.
Un beso, guapa
Pasaba por aqui..y te dejo un besito!!! ;) muasssssssssssssssss mi linda!!!!! <3
ResponderEliminarMon, desde el momento en que he empezado a leerte no he podido borrar una sonrisa, y sobre todo desde ese en el que he leído "Bridget Jones". La carcajada estaba asegurada. Pero al final me he dado cuenta de que la carcajada se ha quedado en sonrisa y simplemente por prudencia. Pobre "ella", con minúsculas. ¿Y qué fue de "ÉL"? ¿Salió corriendo? ¿Se quedó un ratito más? ¿Hubo rollizo? Oops, demasiadas preguntas. ¿Habrá segunda parte de la historia?
ResponderEliminarSea lo que fuere, el civet ahí está, y con él la sonrisa de tu historia. No recuerdo haber comido jabalí en la vida, pero se me hace una carne con personalidad, ¿no?
Mucha suerte en el concurso. Con tantas alabanzas tienes el corazón del "chiquillo" ganao :))
Besos y feliz semana.
Mi marido se pelearía por un plato como éste, le encanta!!
ResponderEliminarSuerte !!
Bss
Bueno. Y ahora llego yo. ¿Y qué te digo? Pues todo. Eso creo que ya lo sabes. Llueve sobre mojado.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato. Mentiría si te dijera que he estado muy atenta a la receta. Sabes que me gusta cómo escribes, la forma de describir las situaciones, el cuidado y detalle que le pones a la cocina ... todo. Imagino que ese visitante no habrá valorado un pequeño "enganchón" ocasional en la cocina como algo que te defina todos los días. La cocina es muchas cosas más que técnica: es pasión y es cariño. Y tu vas sobrada de todas estas cosas.
Bri, ha estado genial.
Tengo ganas de verte el próximo día 5. Me temo que morirás achuchada entre abrazos (los míos van a estar ahí). Besitos.
Jejeje, me ha encantado tu historia!!
ResponderEliminarTienes razón, siempre sale algo mal cuando más empeño pones.
Yo también espero la segunda parte de esta historia, jejeje.
Un saludo.
no sóc massa de caça, però tota la història que ens has explicat be es mereix un plat com aquest!!! petonets i molts sort guapa
ResponderEliminarohhh pues tonto sería si no escribe ELLA con super mayúuuuuuusculas, hummmm!!!! bonita historia, me has hecho sonreir y pasar nervios al mismo tiempo, estupendo el civet! un besito
ResponderEliminarM'encanta el plat (de fet hi ha un semblant al magazine de tardor!!) i m'ha encantat, i molt l'entrada.
ResponderEliminarPetons!
Mi Mon preciosa!!!!..feliz arranque de semana y que todo salga perfecto!!!!!
ResponderEliminarLoviu very much ;)...ya estás lista para el viaje???? :)
Ai el porc senglar és de les carns que no m'agraden, bé mai cuino res de caça, però aquest civet té una pinta que no vegis. M'has provocat un somriure mentre llegia. Una bonia entrada.A tornar a la realitat...
ResponderEliminarUna abraçada,
Nani
Porfaaaaa, segunda parte que nos quedan cosas pendientes... El plato me tienta,adoro estos estos estofados. Un besazo!
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