ESTOFADO DE CORDERO CON BERENJENAS (KHORESH-E-BAMIEH-O-BADEMJAN) - UNA EXPOSICIÓN INTERACTIVA - FOOD CULTURA

El pasado 3 de Octubre, fui a una exposición culinaria anunciada en unas de esas revistas que hablan de los actos culturales de la ciudad. Uno de mis amigos me envió el recorte para que fuera. No iba a hacerlo. No suelo ser “moderna” en cuestión de actividades artísticas, pero la curiosidad me pudo.

El evento era en un piso-museo que alberga una fundación: Food Cultura.

“Food Cultura hospeda una colección y, sin embargo, no es un museo; allí tienen lugar diversas experiencias culturales, aunque tampoco es una galería de arte. La explicación a estas paradojas resulta bien sencilla: no nos gusta estetizar conceptos y, menos aún, patrimonizar culturas y tradiciones.

Lo que sí nos apasiona es todo aquello connotado por los acerbos culinarios, las supersticiones y los saberes científicos; lo que sí nos interesan son las memorias históricas, las idiosincrasias particulares y los rituales gastronómicos: un puente entre estómago, cerebro y corazón, así definimos Food Cultura.

De esta forma, Food Cultura se ha convertido en un espacio que sirve como plataforma para explorar el universo de la comida y la cultura, promoviendo talleres, exposiciones, workshops, música y cualquier tipo de iniciativa horneable.”

La artista iraní Mariam Shambayati  bajo el título de Moulinex-Me montó una instalación de trueque ó intercambio, exposición de objetos, sentimientos e ideas relacionados con el mundo de la cocina. Tenías que acudir al lugar con un objeto de tu cocina para dejarlo allí. Me costó decidirme, obviamente ninguna de nosotras quiere desentenderse de ninguno de sus gadgets o recuerdos, pero me decidí por mi viejo termómetro para hacer el pavo de Acción de Gracias, traído de Chicago hace 16 años. Este año, y debido a los “cansinos” macarons me compré otro termómetro así que podía jubilarlo y este acto me permitía hacerlo con honores. La idea de Mariam, partió primero de 6 cenas con 12 comensales que compartieron el evento, trajeron sus objetos y contaron las historias que los acompañaban, a veces tiernas, a veces históricas, a veces frívolas.. y con todo ello le dió forma la exposición. Mariam abrió entonces un periodo en el que las personas anónimas podíamos unirnos a este primer grupo con nuestros objetos-historias.

Al llegar me sorprendió el lugar. En una sala vacía, que daba a la calle y por la que entraba gran cantidad de luz por sus dos balcones, dos “exposiciones” marcaban el espacio. A la izquierda en la pared había un montón de fotografías, en formato de doble hoja de suplemento dominical, de las personas que habían “cedido” sus objetos  y su pequeña historia (la de los objetos).  Reconocí de entre todos a Pablo, el Gipsy chef, un personaje que me desconcierta, me gusta y me disgusta a partes iguales…pero que, no me es indiferente.

En la otra pared un paisaje antiguo. Pequeñas cajas de cartón de archivo de viejos lugares del mundo. Me recordaron a museos secretos, a bibliotecas escondidas. Todas las cajas tenían un número.

En una esquina de la habitación, junto a las cajas Mariam y yo nos sentamos en dos frías y desnudas sillas y micrófono en mano establecimos un pequeño diálogo sobre el objeto que yo llevaba y hablamos un poco de cocina. Me gustó Mariam desde el principio, su presencia calmada la alejaba de la “artista moderna” que podía albergar mi imaginario. Me interesó saber que era de Irán y ella se sorpendió que conociera algo de su cocina. Le dije que me gustaban todas esas culturas tan milenarias que habían podido preservar bastante bien la pureza de sus platos. Al terminar nos levantamos, y le di un par de vueltas a un bingo infantil. Me tocó el número 102. Con parsimonia expectante cogimos la caja con ese número y la abrimos. Dentro un pote de plástico rojo en forma de oso me miraba dentro de un envoltorio al vacío. La más sorprendida fue Mariam y al cabo de unos segundos me dijo porqué. Ese objeto era la aportación de su hijo pequeño a la exposición. Lo compraron este verano en Irán y contenía Ketchup. Su hijo estuvo esperando a que se vaciara para poder jugar con él…así que imagino le costó desprenderse de él. Aún no he podido saber a dónde fue mi termómetro (número 168). Cuando lo sepa lo incorporaré a este post, para cerrar el círculo.

 

Y ya para concluir esta extraña experiencia le pregunté a Mariam por su plato favorito. Pensé en cocinarlo para ella, encadenándo mi blog a todo esto. Me contestó que era un plato de cordero y berenjenas. La sorprendida fui yo entonces pues las berenjenas son uno de los ingredientes que más me gustan…y curiosamente es el plato que mi amigo Georgiano me había cocinado hacía unos meses… Georgia e Irán son países cercanos, casi vecinos, así que imagino que la influencia de la cocina de uno sobre otro o entre ellos es la razón. Mariam lo había cocinado en la cena nº 2.

Así que para Mariam y para mí, porque me ha encantado, aquí está este sencillo estofado. Espero os guste.

Me costó un poco encontrar la receta pero usé una mezcla entre una que encontré en un bonito blog Turmeric&Saffron  y el plato georgiano,  Chanakhi con las explicaciones de mi amigo.

 

KHORESH-E-BAMIEH-O-BADEMJAN ó ESTOFADO DE CORDERO CON BERENJENAS

Ingredientes:

(para 4 personas)

½ kg carne de cordero (se puede hacer con ternera o buey)

4 berenjenas no muy grandes

4 tomates

Un poco de concentrado de tomate o tomate frito

1 cebolla

1 ajo

Cúrcuma/Tumerico

Cardamomo

Cilantro (polvo)

ó

1 cucharadita de café de Advieh (mezcla de especies iraní*¹)

1 cucharadita de café de Suneli (mezcla  de especies Georgiana*²)

Cortar en brunoise la cebolla y el ajo y sofreírlos en la olla dónde vamos a guisar el estofado.

Cortar las berenjenas en forma de flor, es decir sin quitarles el caparazón y hacerles cortes longitudinales de forma que queden abiertas. En algunas recetas las berenjenas se cortan en rodajas y se fríen primero. Yo utilicé el primer método y así no le añadí más grasas al guisado.

Añadir las especies, un poco de tomate concentrado o frito y 4 tomates enteros. Colocar las berenjenas encima. Añadir agua o un ligero caldo de pollo o o hierbas hasta cubrir los ingredientes. Dejar hervir durante una hora y media a fuego suave, agitándolo de vez en cuando para evitar que se pegue.

Como toque personal, una vez reducida la salsa la engordé como si hicera una bechamel (es decir, calentar la mantequilla, añadir la harina y luego ir echando la salsa en vez de leche hasta que espese) con un poco de mantequilla y harina. Así conseguí más consistencia y un sabor más intenso.

Servir la carne con un tomate y una berenjena.

Notas: Cómo no solemos tener estas mezclas yo uso lo que puedo de ellas, es decir un poquito de aquí, un poquito de allí. No se consigue el total, pero se acerca mucho.

 *¹ El Advieh es una mezcla de hierbas iraní que suele estar formada por cardamomo, clavo, canela, pétalos de rosa, comino y jengibre. Puede incluir también azafrán, nuez moscada, pimienta negra, cilantro y sésamo.

*² El Suneli es una mezcla de hierbas georgiana que suele estar formada por coriandro, eneldo, albahaca, laurel, marjorama, fenugreek, perejil, azafrán, pimienta negra, apio, tomillo, menta y pimienta cayena.