Ayer fue el gran día. Al fin íbamos a CanJubany. Afortunadamente el día era precioso. Como fuimos en tren fue un poco
extraño llegar al restaurante, pero el paseo abrió el apetito al ir y “aligeró”
la digestión al marcharnos. Al volver, la luz de la tarde que era hermosa, se
desparramaba sobre los verdes campos que rodean al restaurante y llevan hasta Calldetenes,
y nos fue acompañando, redondeando aún más el placer del día vivido.
En el restaurante todo el mundo es amable y
transmiten la misma calma que uno puede ver a través de sus ventanales. Al
entrar una chica muy agradable nos condujo hasta el piso superior, pasando ante
el porche que se veía encantador y pensé en cuántas cenas y conversaciones
amables terminaban con una copa en esos sofás a la luz de la luna.
La verdad es que el lugar es encantador. No te
sientes exactamente como en un restaurante sino en una casa adaptada para
recibir gente. Colores cálidos, nada estridentes, predominio del blanco en
techos y mobiliario, minimalismo al máximo con paredes ladrillo vista. Lo que
los urbanitas queremos del campo, lo que los del campo saben que queremos ver,
lo rústico rediseñado.
Nuestra mesa no podía ser mejor. Entre dos más
ocupábamos una de las salas del restaurante. Mirábamos a un ventanal
rectangular verticalmente, que era ya en sí, un cuadro. Tres niveles de
vegetación en la parte inferior (lavanda, penachos y un cuidado seto), campos
en los que dejar ir la mente y árboles poniendo límite a los sueños. Alguien
habló de paisajes de la Toscana, y afortunadamente, a veces no hace falta ir
tan lejos para reposar los ojos.
Los aperitivos no podían empezar mejor. Unas
zanahorias y remolachas baby nos sedujeron por su color fresco y natural. La
remolacha parecía un corazón, con su aorta y su cava, de un rojo intenso, como
aquellos que venían dibujados en nuestros libros de anatomía infantiles. Para
acompañarlas una mayonesa de mostaza y perejil. Unas sorprendentes patatas
souflé, que había visto por primera vez en la cocina de Nani, deliciosas y un
bastoncito de aire, hueco, envuelto en finas lonchas de tocino casero.
Deliciosos los tres, abriendo los sentidos a una sensación que nos acompañará
todo el menú…la ligereza, protagonizada por el aire de sus ingredientes.
Había visto en la mesa de al lado una bola que
había llamado mi atención poderosamente y de repente, la pusieron delante de
nosotros. Supongo que es uno de esos platos hechos con nitrógeno líquido, una
cáscara de queso azul, que se rompía con una cuchara o unos golpes, y luego ibas
comiendo porciones de queso “helado” con las manos. Sensaciones y sabores
curiosos el frío y el queso azul, sorprendentes e intensos, salados y calientes
al deshacerse con la temperatura de tus propios dedos.
Entonces nos llega un pequeño tesoro. Un bol
que contenía un cuadro pictórico precioso. Un racimo dorado de sol (caviar de
aceite de oliva), un pedazo de naturaleza (pétalo rojo), dos pedacitos de
sardina cruda (mar), y almendra fileteada (bosque). Al lado una jarrita por la
que le vertieron ajoblanco, ese gazpacho andaluz de frutos secos. Era muy
suave, muy fragante, la verdad que muy agradable y visualmente atractivo.
Si creéis que las sorpresas habían terminado, estáis
muy equivocados. Cómo una ráfaga de viento otoñal llegó el menú de temporada.
El primer entrante fue un disfraz. Ese juego
que parece caracterizar la cocina creativa de Nando Jubany, texturas que crean
falsas ilusiones ópticas y que no son lo que parecen. En este caso era una
espuma de foie, con un pequeño interior de higo y una cobertura brillante que
lo convertía “visualmente” en un higo.
El plato, de nuevo era una belleza.
A continuación llegó el plato que más me sorprendió y nos gustó. Era un tronco de merluza cocinado con bajas
temperaturas en un lecho de suero de parmesano y gnocchis de calabaza con
virutas de jamón secadas en el horno.
El suero es uno de los caldos más maravillosos
que he probado nunca. El sabor intenso, salado y poderoso del parmesano te
inunda y te impresiona con fuerza.
Los gnocchis eran aún, si cabía, más
espectaculares. Envueltos en una sorpendente película con la técnica de la esferificación, había que
cogerlos con delicadeza para que no se rompieran y se saliera el delicado puré
de calabaza de su interior. La película, invisible a la vista y al sabor,
mantenía herméticamente cerrado el secreto de su interior. Impresionante!
Y para finalizar la temporada llegó un estupendo
cordero lechal al horno, con delicadas verduras del huerto del restaurante.
Con los postres que fueron dos, llegó la
última de mis sorpresas. Un exquisito plato que habla de la evolución de la
piña colada… de nuevo trabajamos con el aire, con texturas que te llevan a
pensar que lo que te llevas a la boca es más sólido de lo que realmente es.
Impresionante “bizcocho” de aire de piña, sobre una refrescante sopa de
maracuyá, y bajo un delicioso helado de yogur y coco... todo ello con unas
gelatina de azúcar moscovado, y trocitos de piña…
El segundo postre era una interpretación
personal del restaurante del tradicional fresas
con nata. De nuevo la nata era un juego de texturas.
Como detalle final, la increíble y delicada infusión
que Anna nos preparó y que resultó además de la más deliciosa que he tomado
nunca y fue increíblemente digestiva. Trabajó la mezcla delante nuestro con un
carrito de mentas diversas que nos encantó.
Los detalles durante la comida fueron muchos y
nada cargantes ni pesados. Buscaban saber nuestras opiniones y porqués sin
agobiarte. Detalles encantadores como la
caja de golosinas con la que te obsequian al final, las toallas tras los
aperitivos que vienen en forma “de aspirina” en una fuente y ellos la “hacen
crecer” con agua templada, la carta impresa como recuerdo, el diálogo dulce de las personas que te atienden.
Toda esta comida estuvo regada con un vino
blanco “Basa” D.O. Rueda.
Una experiencia maravillosa que recomiendo y
de nuevo agradezco, tanto a CUINA como al restaurante CAN JUBANY. Fue un
exquisito placer.
Me encantó el globo...he visto el aparatejo para hacerlos con la masa y pienso pedirlo para navidades!
ResponderEliminarGracias por éste recorido maravilloso.
Besos.
ai mare... això és, amb perdó de l'expressió, orgàsmic! Abril, m'ha encantat la manera com ens has apropat a aquest restaurant que, sense dubte, és un dels referents a casa nostra. I sense ser pretensiós, en Nandu és un encant de cuiner i persona... El menú sembla molt equilibrat, evidentment, no per menjar-lo cada dia, però és molt de temporada i combina sovint amb formatges de la terra propera, i els que som formatgers ja ho tenim! I regat amb un Rueda, molt bona elecció, trobo, a mi és una regió que m'agrada molt, sense menytenir els vins catalans, que alguns, són també fantàstic. Quina feinada que has tingut a fer el post, tan ben documentat i escrit... Felicitats i a païr bé!!! Petons
ResponderEliminarMadre mia¡¡ que envidea mas sana que me has hecho entrar,realmente en Can Jubany se como
ResponderEliminarde lujo total,leyendo tu cronica se me hacia agua en la boca,me ha encantado tu descripcion del momento,el menu,las fotos,todo genial
muchas gracias por compartirlo
bon cap de setmana
peto
Qué rico todo!! (Y qué envidia que me das...)
ResponderEliminarFeliz fin de semana!
QUE MARAVILLOSO¡¡¡¡¡
ResponderEliminarFelicidades por este espectacular blog.
Un 10.¡¡
El mio no es de cocina ni es tan bonito como el tuyo, pero bueno, espero te guste .
Abrazos desde CERCA de Barcelona .
que bo!! ja em venene ganes d'anar-hi! quin menú més xulo, jo lo únic que ja he provat són els gnochis de carabassa, són espectaculars, oi?? els vaig tastar a l'aperitiu del casament d'uns amics, perquè els seus càterings són un passada!!
ResponderEliminarQuina ilusió que us agradés tant, i la caixa de petit fours, és una delicia, oi?? jo un dia me la vaig endur a casa i la utilitzo de joier!!
petonets
Lidia, justament, els gnocchis em van semblar ESPECTACULARS!!!! He sentit parlar dels seus caterings, i m'alegro de sentir l'opinió d'algú que els ha tastat! i si, la caixa es una monada.. .com a primera opció havia pensat el que dius, però crec uqe la usaré per guardar els "tresors" d'aquests tipus de restaurants.... petons
EliminarGran reportaje!!! Me han dado unas ganas de ir tremendas. A ver si ahora que se acerca mi cumple me sorprenden con una commida especial... Besos!!
ResponderEliminarAbril, madre mía que comida te has pegado. Se ve todo estupendo. Creo recordar que la hija de mi amiga en su boda utilizó catering de Can Juvany (si no me equivoco) y realmente era muy bueno todo. Muy bonito el reportaje. Besos y buen finde.
ResponderEliminarun exquisito placer y un exquisitíssssssimo post... que maravilla, da placer sólo con ver el reportaje en tu blog!! me parece todo increiblemente sorprendente!!! me encanta!!! me muero por ir!!! Bss y Feliz finde!
ResponderEliminarHola Abril ja veig que vas disfrutar d'allò més. Fa un parell d'anys el meu home com a regal d'aniversari m'hi va dur i ens va encantar!!!
ResponderEliminarFascinant!!! tota una experiència, en què mai oblidaràs el dia, el paissatge i els sabors! Moltes felicitats, bonica! I gràcies per la crònica, bona feina!
ResponderEliminarQue passis un feliç cap de setmana!!!
Un post genil!! un restaurant d'escàndol pel que veig.
ResponderEliminarunmardecoses.blogspot.com
mitjarmilla.blogspot.com
núria.
Guau!!!!!!!!!!!!!!!!! (No puc dir res més :-)
ResponderEliminarquin restaurant més bo!
ResponderEliminarCom tu molt bé dius: Espectacular. Ha estat un molt bo i merescut premi.
ResponderEliminarConxita
Ja et vaig dir que ens faries venir enveja i si, veig que tenia raó!
ResponderEliminarEnhorabona i molts petonets.
jajaja, oyee que rápida estas! oyeee a ver cuando me mandas unas fotitos en las que salgas para que te conozca fisicamente y así pueda meterme contigo porque estoy segura que también eres una super bichaaaaaaaaaaaaa, ejejje, es que te he visto alguna pero de lejossss!!! jooooooo! Besitos
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