Día 5… ya sabemos que nos toca. Ha llegado el recorrido por la historia de la Gastronomía de la mano de Cooking the Chef. En esta ocasión hemos dejado la Edad Media atrás y damos un paso al frente con el Renacimiento. Esa preciosa época dorada de esplendor artístico y literario, dónde la clase alta rodea a las monarquías y la clase baja trata de seguir adelante, empezándose a ver ya una clase media incipiente, que quiere, llamar la atención para destacarse.
Y para ello, nos llega un fantástico recetario, en el que se nos enseña no sólo recetas con más cara y ojos que los de la Edad Media, si no que viene firmado por un cocinero, por un primer CHEF que bien podría protagonizar una de esas películas gastronómicas tan cool de nuestros tiempos. Francisco Martinez Montiño, que desde muy pequeño entró a trabajar en las cocinas reales, que hemos de suponer lavó y lavó muchos platos antes de empezar a tocar ingredientes, que luego fue evolucionando, que instauró una cierta normativa higiénica en la cocina, y que fue considerado el cocinero favorito de varios reyes; de Felipe II a Felipe IV. Tuvo hacia el final de su vida laboral prestigio y poder, pero entonces llegó una reina francesa con su propio chef. Hablamos de Isabel de Borbón, la primera esposa de Felipe IV. Ese hombre que fue una institución real, que escribió un tratado de cocina que fue reimpreso en varias ediciones en los siglos posteriores, se vió relegado a la edad de 34 años y murió en la indigencia. No me digáis que no es digno argumento de una buena película. Menos mal que en 1857 el escritor Manuel Fernández y Gonzáles lo hizo protagonista de una de sus novelas, El Cocinero de Su Majestad: memorias del tiempo de Felipe III.
Bien, pues este libro que contiene unas 500 recetas, ciertos protocolos de higiene, menús de banquetes y fiestas es el protagonista de nuestro mes del Renacimiento. He escogido una receta que me hizo gracia, porque me hizo pensar en esa famosa receta de un animal dentro de otro:
“En su Almanach des Gourmands de 1807, el gastrónomo Grimod de La Reynière presentó su rôti sans pareil (‘asado sin igual’): una avutarda rellena con un pavo, un ganso, un faisán, un pollo, un pato, una pintada, una cerceta, una becada, una perdiz, un chorlito, un avefría, una codorniz, un zorzal, una alondra, un escribano hortelano y una curruca mosquitera, aunque afirma que, como asados parecidos eran elaborados por los antiguos romanos, el plato no era completamente nuevo.El último pájaro es tan pequeño que puede rellenarse con una sola aceituna, lo que sugiere que, a diferencia de las versiones modernas, no se añadía ningún relleno entre las diversas piezas. Este plato difícilmente podría cocinarse en la actualidad, debido a que varias de las aves son especies protegidas”.(Turducken, Wikipedia).
Bien, lejos de complicarnos tanto, simplemente vamos a hacer unas albóndigas rellenas de huevo y tuétano que rellenarán un pollo picantón. Yo no entendí muy bien que la palabra “caña de baca” se refiriese al tuétano aunque lo intuí, y por tanto no lo hice. La próxima vez, lo haré con él. Tengo curiosidad por ver como queda dentro de la carne picada al lado del huevo.
Si queréis ver el resto de recetas de mis compañeros podéis verlas aquí.
ALBONDIGUILLAS REALES EN PICANTÓN
Ingredientes:
(para 2 personas)
1 Picantón
200g de carne picada de tenera
2 tuétanos (yo no le puse en esta ocasión)
2 huevos
2 laminas de tocino
Manteca ó AOVE
Pan mojado en leche (o en su defecto pan rallado) que quepa en la mano cerrada
Especies al gusto, yo usé Romero, Tomillo
Jengibre en polvo
Sal/Pimienta
Salsa Opcional
1 naranja sanguina, 1 granada
miel
1. Hacemos un ligero caldo de pollo como tengamos costumbre y hervimos en él los tuétanos. Hervimos también 1 huevo.
2. En un bol mezclamos la carne, con el huevo, las especies, la sal, la pimienta, el pan mojado y e tocino cortado en trozos. Montamos las albóndigas gigantes ( a mi me salieron 2 y del tamaño de 2 mandarinas que la receta habla de granada). El resto es para el relleno. Montamos el relleno haciendo una capa cuadrada de carne picada, ponemos en el interior el huevo duro pelado y los tuétanos en uno. Envolvemos todo y lo introducimos en el picantón.
3. Salamos y pimentamos el picantón por encima. Ponemos la manteca. Metemos en el horno. Más o menos 1.30’h a 200º.
4. El libro no especificaba una salsa pero yo hice una con el resto de jugos que quedaron en la olla, le puse un poco de salsa de granada que tenía (pero con una naranja sanguina podéis hacerlo), un poco de miel y dejamos reducir.
5. Bon Appètit!
Y tanto que bon appètit. Vaya pintón este picantón. Y ese relleno... Vaya receta tan estupenda. Y encima con salsa de granada que me encanta. Un diez, preciosa.
ResponderEliminarEs un placer viajar gastronómicamente al pasado y poder saborear en nuestras cocinas estos platos con aromas de antaño. Estoy encantada, aunque me asusto al principio. Estos picantones se van directamente a pendientes y por supuesto los haré con unos buenos tuétanos.
ResponderEliminarBss
Elena
que rico!! un plato para carnívoros auténticos, con lo rico que se ve, tenía que ser todo un banquetazo!!
ResponderEliminarbesitos!
Este pollo tiene que estar suculento. Me ha encantado este libro con esas maneras tan interesantes de cocinar y actuar en la cocina de Martínez Montiño. Muy buen reto.
ResponderEliminarBesos
Qué bueno este plato, con el relleno tan especial que lleva. Me ha gustado!
ResponderEliminarGenial!!!!!!
ResponderEliminarUna buena receta representativa de esos festines reales, que imagino con mucha pompa y plumas. En las aves servidas!. No seais mal pensadas. Aunque también debía haber plumas del otro tipo. Porque no!!!Con la pluma, me he ido por los cerros de úbeda, pero cuando explicadas lo de esa cantidad impresionantes de aves metidas una dentro de otra, desde las mas grandes a lad mas chicas, mi imaginación ha ido de un plumazo a esas mesas reales (que hemos visto en infinidad de películas) con esa cantidad ingente de comida y ese plato precisamente a los dos lados de un ramo inmenso de flores de todo tipo y decorado (las aves) con las plumas de todo tipo de aves. Un verdadero festín. No me extraña que tuviesen gota con tanta proteína.....
Besos my lady
Mon que plato más atractivo, ha sido un placer leer la receta de Montiño y luego ver la interpretación que has hecho, mi costillo acaba de verla y se quedo babeando literalmente y no es para menos; me parece interesante ver primero una preparación de albondigas y el tamaño es que en esa época todo era a lo grande, del tamaño de unos membrillos grandes y luego no felices con el relleno que llevan adentro, seguidamente ellas se vuelven parte del relleno de un picantón, uauuuuuuuuu!!!, yo no he revisado a consciencia las recetas de carnes; ahora esta receta tuya es de esas que imagino de fiesta en esas cortes reales, que plato tan completo de todo mi gusto. Me río con el comentario de la gota, de Manu, pues sí!!.
ResponderEliminarbesos mi querida Mon!
gracias por ser, por este reto, por esas miradas que se hacen más interesantes cuando se trabajan en equipo, en este caso en el reto.
Mon hace días pasé a verte y creo que te dejé mensaje y todo pero no lo veo y ahora tengo un Déjà vu contigo, porque es imposible olvidar tu receta, pero como sea la cosa, te digo que me fascinan tus elecciones, siempre son un reto, me acuerdo de la que hiciste del BUDAE JJIGAE y siempre me dejas con los ojitos de alucinados. Esta es una receta entre otra receta sin duda una cocina contundente y especial para esas mesas de reyes, mi costillo escucha tuétano y cae rendido, porque ya de por si las albóndigas enormes que al abrirlas quería que parecieran los mismos tuétanos que llevaba, pues es alucinante la mente de este señor y no bastaban solo las albóndigas, no..., tenía que coronarlas entre pollos que sirvieran de una sorpresa más. ;) Pues es un platazo de esos que tienen su truquillo, que te vas comiendo el pollo, luego vas encontrando las albóndigas y dentro de ellas, huevos y es un plato de esos rotundos y si le sumamos esa maravillosa salsa que has creado, pues esto es pura sustancia de la buena. Te ha quedado estupendo, muchas gracias por este viaje bonita
ResponderEliminarmuak!!!!
Muy interesante y sí, sería un argumento estupendo para una buena novela, de esas llenas de ingredientes que tanto nos gustan a los foodies y cocinillas.
ResponderEliminarBesitos.