Muchos sabéis mi pasión por el cine… sería feliz en una sala oscura y buenas películas dos ó tres veces a la semana. De hecho, cuando ví La forma del agua y ví que la protagonista vivía en un viejo cine, en la parte de arriba, que aún conserva esas ventanas gigantes propias de esas edificaciones, pensé que era el lugar dónde querría vivir. Qué maravilla.
Este pasado mes, ví una de esas películas que tardará en irse de mi cabeza. A veces, cuando estoy en el tren o en momentos de espera, vuelven a mi cabeza escenas de cine, diálogos, y ahora desde que tengo el blog, quiero traerlas, inmortalizarlas culinariamente. Esta película tiene elementos clásicos, que la convertirán en un ídem… una ambientación exquisita; los años 50, un vestuario de vértigo (el protagonista, un modisto tipo Pertegaz que viste a princesas, reinas y clase alta) y un inconveniente romántico. Imposible dejarla pasar.
La interpreta Daniel Day-Lewis…. Danny se prodiga poco, pero cada vez que hace una película, el mundo se rinde a sus pies. A mi me enamoró en El Ultimo Mohícano, Mi preciosa lavandería, La edad de la Inocencia.. y muchas más, mas comprometidas políticamente… es un hombre implicado. Tanto, que pone precio a su tiempo y en los últimos años prefiere VIVIR. Se retiró a la Toscana unos años, luego ha vivido en otras ubicaciones y rueda sólo las películas que le parecen grandes trabajos. Las tres últimas así lo han demostrado Nine, Lincoln y ahora El hilo Invisible. Su parteneire en esta película, Vicky Krieps, desconocida para mi, es otra “monstrua” de la interpretación. Una película muy, muy especial. A mi, en algunos momentos me recordó a Jane Eyre, la versión de 2011. Ese amor difícil, marcado por el pasado, las diferencias sociales…enfin.
A partir de aquí, si no habéis visto la película no sigáis, habrá spoilers.
Algunos críticos han tachado esta historia de sadomasoquismo. Para mi, no tiene nada que ver con todo eso. La relación sexual entre ambos, es secundaria no es lo más importante. Pero ella, se da cuenta, de que por mucho que luche, no logra derribar las murallas que durante años, Reynolds ha ido acumulando. Desde una infancia, marcada por una educación seguramente muy victoriana, dónde un chico de 16 años que ha perdido a su padre, tiene que ocuparse de coser (él sólo) el traje de boda de su madre con un nuevo hombre. Una hermana, que parece Ms. Danvers (Rebeca), se ocupa de los “marrones” de su hermano y se encarga tanto de despedir a las amantes cuando se cansa de ellas, de las relaciones sociales y burocráticas del negocio y del personal que cose y trabaja en la mansión.
Con una psicología extraordinaria, Alma tendrá que derribar las barreras para conseguir que su marido la mire como a un igual, y no como a una estatua, un vestido o una pintura más de la casa. Puede que haga ruido al untarse la tostada, o que haga los espárragos con demasiada mantequilla… pero es alguien que merece ser amado… y no va a dejar que la pisen. Así que, de un modo, un poco retorcido, ciertamente, cosigue romper las barreras. Reynolds, toca fondo, cae enfermo, se siente morir, y tan sólo quiere ser atendido por Alma. Y ella está ahí, para sentirse útil, para demostrarle que “la necesita”. Al despertar de estos dos días de cura interna, de humildad, de vida, reconoce sus limitaciones, ve sus aspiraciones, se asusta de su madre y de un pasado que seguramente le aprisiona, y le pide en matrimonio a Alma.
Pero pronto, vuelve el otro Reynolds. Y Alma tendrá que repetir su tratamiento. Están en la casa de campo. Una rústica mansión. Para mi, esta es una de las escenas más bellas de la historia del cine, interpretada maravillosamente. Yo les hubiera dado el Oscar a los dos, sólo por estos 10 minutos.
Alma en la cocina, se mueve sigilosa, batiendo el huevo de la tortilla con un repiqueteo lo suficientemente ruidoso para llamar la atención de Reynolds, que cómo no, está dibujando bocetos. Se para y la mira. Sus ojos se cruzan y se saben desnudos, pues entienden lo que está pasando. Alma, pone dos veces mantequilla a las setas, que se están friendo para provocar la mesura excesiva de Reynolds. Le mira retadora. El la mira, con amor, admiración, y un cierto fastidio. Miles de palabras, de frases se cruzan en esos ojos y en esa escena de cocina rústica pero tan exquisita como un asesinato gótico. Ella se acerca a la mesa con su tortilla, que adorna con cebollino recién cortado y un chorrito de nata. Deja la tortilla delante de él. Elegante hasta el último momento, REynods se levanta, se quita el chaleco de estar por casa, y se pone la chaqueta para cenar. Se sienta, corta un trocito de tortilla y se la pone en la boca sin masticar. Sigue mirando retadoramente a Alma que no baja la mirada. Y entonces ella habla.
Esta escena es oro puro y creo que tardaré mucho en que una escena me impresione de esta manera, gracias al trabajo maravilloso de estos dos monstruos y de una dirección escénica única.
A Mayte, de Rústica, le gustó tanto como a mí la película y las dos decidimos hacer una receta para poder hablar de ella. Ella hizo Scones, parte del hambriento desayuno que pide Reynolds, la mañana que conoce a Alma. Aquí tenéis el enlace a su receta.
Me gustaría que cuando vierais la película, vinierais aquí a opinar. Desafortunadamente, a mis amigos no les ha encantado y no he podido cambiar impresiones.
LAS FOTOS DE ESTA RECETA SON TODAS DE MANU, "LAS RECETAS DE MANU". EL OTRO DÍA PASAMOS EL DÍA JUNTAS Y ME AYUDÓ CON ESTA RECETA. MIL GRACIAS POR EL DÍA, POR LAS FOTOS QUE SON MARAVILLOSAS E ILUSTRAN PERFECTAMENTE LA RECETA.
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foto de @manutorrassoler |
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foto de @manutorrassoler |
TORTILLA DE SETAS CLITOCIES DE ALMA
Ingredientes:
3 huevos
½ kg de setas variadas (pero mejor que no sean champiñones)
50g de mantequilla
Cebollino
Nata líquida
Sal/Pimienta
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foto de @manutorrassoler |
En una sartén en que no se peguen las cosas, ya bien caliente, deslizamos la mantequilla por ella. Enseguida oíremos el chisporreteo de la misma, e incorporamos las setas, cortadas y limpias, y revolvemos.
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Cuando se hayan hecho las setas, dejamos caer otro trozo de mantequilla, comprobamos el punto de sal, y batimos los huevos.
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foto de @manutorrassoler |
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Incorporamos los huevos y dejamos que cuaje la base. Con la espátula, volvemos media tortilla sobre la otra media. Dejamos cuajar y a fuego bajo y cerramos el fuego.
Al servir, ponemos cebollino por encima y si queremos un chorrito de nata o crema de leche por encima.
Bon appètit ¡!! (Seguro que os sentireís más personas después de comerla!)
Algunas críticas que he leído para este post:
https://www.newyorker.com/culture/culture-desk/the-power-of-personal-style-in-phantom-thread
httfps://ww.newy!orker.com/culture/annals-of-gastronomy/phantom-thread-is-the-best-food-movie-in-ages
Me quedo totalmente con la fotografía de ésta película, la ambientación y la actuación de Daniel Day-Lewis, impecable como solo él sabe, esos pequeños detalles delicados, al bordar cosas especiales en cada prenda es de lo que más me gusto. Y por supuesto con ésta receta maravillosa, que has recreado maravillosamente y que se antoja sin lugar a dudas para tomar siempre en buena compañía, ecobrar energía y disfrutar de la delicia de lo sencillo!!
ResponderEliminarRespecto al fondo de la trama, ese es otro tema... La belleza estética que enmarca la relación turbia de los personajes que encuentra el uno en el otro la respuesta a sus vacíos y necesidades, que no amor, logra cubrir casi todo, de un halo de misterio. No hay víctimas, porque los dos tienen sus acuerdos tácitos y cuando entre dos todo esta bien, aunque para el resto no lo sea (en lo personal no lo veo sano ni mental, ni emocionalmente ) lo demás sale sobrando.
Fantástico como siempre leerte Mon, delicada, serena y emocionada ante lo que te apasiona y nos regalas visualmente. Gracias.👏🏻
Mucha vibra bonita y buena vibra para la semana.
Si, obviamente los acuerdos entre dos, consensuados son de todo tipo y nada hemos de decir. PEro creo que en este caso Alma, no está de acuerdo. ASí que, se produce esta situación extraña, que concluye del modo en que Alma dirige el futuro de sus vidas. Pero te doy la razón que ambos encuentran el uno el otro las respuestas a sus vidas. Gracias Mayte, maestra siempre.
EliminarSensacional toda la explicación. Entre el otro día y lo que he leído hoy no me va a quedar mas remedio que sacarme la pereza de encima e ir al cine a verla. Quiero ver ésta escena que tan buen explicas.
ResponderEliminarDaniel Day-Lewis, también es uno de los actores que me gustan.
Gracias por todo. Fue un placer y me divertí mucho contigo 😉😋😚
Besos mil
Bien, el cine nos estimula la creatividad y a alguien como a tí, le hará ver chispas, estoy segura. Gracias mil. No sólo lo pasamos bien, sino que fue una sesión pedagógica, dónde aprendí muchas cosas. Enamorada me quedé de tu vida y tu entorno. Gracias maestra.
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