Sant Pol de Mar - 1954 (esta vista ha cambiado muy poco)
“Como cada verano
llegaron a la casa al caer la tarde y el coche repleto de maletas y los periquitos. El primer día, era para los niños un pequeño
infierno. Deseando salir a la playa, jugar en el patio, o mirar los juguetes
del año pasado que se habían quedado allí, había que “colaborar” en la puesta a
punto de la casa. Deshacer maletas, colgar la ropa, hacer las camas, barrer,
fregar, adecentar en suma, una casa que estaba cerrada desde el verano pasado.
(*) 3""" Michelin por Sant Pau (Barcelona), 2"" Michelin por Sant Pau (Tokio) y 2"" Michelin por Moments (Barcelona)
Pero por otro lado el
olor a salitre, a pescado, el primer
bocado de la coca de anís con piñones de las mañanas, las tumbonas del patio,
el ruido de los platos en la vieja pica de mármol de la cocina, el ruido de las
cortinas de tiras de plástico al entrar y salir al patio, el ruido de la
lavadora-deplástico-tamañoBarby que hubo en los primeros veranos (luego ya
había una más normal), llenar los enormes fregaderos de fuera, el ruido de las
chancletas al andar, el vivir entre el bañador y la ropa ligera de casa, el
gazpacho y las arañas fritas para cenar, el ver a la familia, el que su abuela viniera
a pasar unos días … eran sensaciones largamente esperadas.
Ella se entretenía
mirando los viejos tebeos Lily que tenía en el armario, las muñecas que habían
ido cayendo allí por viejas o porque ya no las usaba (como se ha arrepentido de
haber tirado su Nancy), de mirar aquellos muebles modernistas del pasillo, en
especial le gustaba el perchero espejo que su padre pintó color crema y el
banco alargado con un cojín de flores y en el comedor la alacena esquinera con
la vajilla inglesa que le habían regalado a su bisabuela el día de su boda.
Soñaba que algún día esa vajilla adornaría su mesa y en eso no se equivocó.
Al día siguiente,
cogían la colchoneta, las toallas, las cremas y se disponían a bajar a la
playa. Gran esfuerzo por apenas 20min
que iban a permanecer en ella. Su madre, siempre muy estricta, establecía un
horario gradual de exposición al sol y el primer día eran esos minutos y aunque
hoy nuestras pieles se lo agradecen, se les hacía terriblemente injusto ese
rato tan corto y que por otro lado tanto habían esperado.
Su pueblo, que era el
de la familia de su abuela materna, ha
sido siempre un pueblo pescador pequeño, encantador y que ha conservado su
personalidad, no como otros pueblos colindantes, a los que el turismo salvaje y desaforado de
los 60 y los 70 hicieron tanto daño. A veces, al subir de la playa, se paraban en el super del Carrer Nou, casi el
único en el aquel momento. Un matrimonio lo llevaba y su hija les ayudaba. A
veces, la miraba y pensaba en lo contradictorio que era, que ella, aunque algo
mayor, pero una chica que aún estaba estudiando, pasase los veranos trabajando
duro en el super, mientras ella podía ir a la playa y disfrutar de la vida
veraniega. La miraba y se admiraba de su
dedicación y seriedad…. Y eso que aún no sabía, que estaba delante de Carme Ruscalleda, 3 estrellas
Michelin “.
Abril Expósito
-.,-
Así que esto es todo lo que
este reto me ha despertado y me ha distraído un poco de buscar una receta que
me permitiera ampliar mis conocimientos. Me he dejado llevar por la emotividad
y por las sensaciones que oír Carme Ruscalleda siempre me provocan. Admiración
profunda, por una persona que, paso a paso, ha ido evolucionando y ha ido
viendo cual era su camino en la vida. Empezaron en su negocio familiar, luego vendiendo comida preparada en
el super, más tarde cogieron otro local, y luego se arriesgaron y
compraron la casa de delante del super, que había sido el Hostal Sant Pau,
durante 20 años. Tras una profunda remodelación, en 1988 abría sus puertas el
Sant Pau y hasta hoy.
Así que buceando en
Internet, vi un plato de guisantes con arañas, ese pescado barato que hoy en
día se usa para la sopa de pescado, pero que en mi infancia se vendía en Sant
Pol y se consumía mucho. No nos encantaba, tenía muchos espinas, pero el
recuerdo lo ha magnificado y me apetecía mucho hacer un plato con ellas. No encontré la receta, pero con la ayuda de alguien cercano al Sant Pau, he conseguido acercarme lo más posible a la receta. Es
sencilla y muy básica, pero precisamente Carme, defiende siempre la pureza de
los buenos ingredientes. Además estamos
en el momento de encontrar en el mercado los deliciosos guisantes
del Maresme. Productos de temporada.
En cuanto a la foto, veréis a la derecha un cuadro con una foto que publicaron en la Revista Cuina sobre el restaurante de CR en Japón. Está en mi cocina. A la izda. el folleto abierto del Sant Pau de Tokio, que unos amigos me trajeron, lo mismo que la grulla de origami. Y encima del cuadro, un imán de Els Gegants de Sant Pol, Ben Hassad y Mercè de la Murtra. El cubierto lleva las iniciales CT, Carme, mi abuela, que jugó en el patio de la antigua torre dónde está el restaurante, con Núria, la madre de CR. Creo que he cerrado bien el círculo.
Podéis ver el resto de recetas presentadas este mes en Cooking the Chef aquí.
ARAÑAS CON GUISANTES DEL MARESME POR CARME RUSCALLEDA
Ingredientes:
(para
4 personas)
1 kg de Arañas (1 por persona
y las demás para el caldo)
1kg de guisantes por
desgranar (estamos en plena temporada)1 cebolla
1 hoja de laurel
Harina (un poco para freír las arañas)
AOVE
Sal/Pimienta
Sal Maldon
Pedimos en la pescadería cuando
compremos las arañas, que nos fileteen cuatro que usaremos para adornar el
plato. Las demás las usaremos para el
caldo de pescado.
Ponemos las arañas, las
espinas y cabezas de las fileteadas en agua, con un poco de sal, una hoja de
laurel y lo llevamos a ebullición. Desespumamos y dejamos hervir unos 20min.
Cerramos el fuego y dejamos infusionar.
Desgranamos los guisantes y
los ponemos a hervir en el caldo de pescado (previamente colado). Una vez estén, a mi me gustan al dente, con la piel resistente al
morder, los ponemos inmediatamente en hielo, para conservar su color.
Pasamos los filetes de araña
por harina, salamos y freímos en AOVE.
Montamos el plato poniendo
los guisantes, un poco de sal de escamas, AOVE y encima los dos filetes de
araña.
Qué guay pasar así los veranos! Envidia sana que me das guapa :)
ResponderEliminarYo tuve una mala experiencia con esos peces, pero así cocinados no me dan tanto miedo... jaajaajaj... Se ve un plato riquísimo! Y oye, no todo va a ser técnica... De vez en cuando también es bueno cocinar sólo por sentimiento.
Besos guapa!
Ayyyyyyy.......me has transportado de un plumazo a mi infancia......Cuando era pequeña íbamos a Calella de Palafrugell, teníamos la casa, que aún está igual, delante de la playa. El coche lleno hasta los topes y con dos jaulas de periquitos....... y cuando llegábamos, tal como lo has explicado, pero aún hacíamos algo mas y es que teníamos que sacar y colgar en las barandillas del patio los colchones, las almohadas y las sábanas, pues estaba todo húmedo, húmedo. Se que si llovía no subíamos, esperábamos a un día de sol......que recuerdos!!!!! Gracias por traérmelos a la memoria.
ResponderEliminarY tu plato y puesta en escena perfectos!!! Me ha encantado como has sacado partido a un producto tan sencillo.
Felicidades!!!!
Besos
Ufff, que recuerdos. Es una maravilla poder recordar estas cosas y hacer que el plato que cocinemos, aún nos sepa mucho mejor. Genial!! Besos!!
ResponderEliminarCuánto me alegro de haber venido a visitar hoy, Abril. Tu plato es el más sencillo del mundo, pero el más rico, y digno de un restaurante de categoría como el Carme. Qué relato más bonito, lleno de recuerdos, sentimientos e imagines de una niñez, que aunque muy distinta a la que yo viví... (mis vacaciones no eran en el mar, sino el campo) me recuerdan, en cierto modo, también a aquellos maravillosos años en los que fuimos niñas y nos encantaba llegar a la casa de vacaciones para disfrutar... tú de playa y yo de la piscina... gracias por éste relato, éste reto y ésta receta tan familiar y deliciosa. Besos linda.
ResponderEliminarQue bonita historia, me ha encantado!!
ResponderEliminar¿Arañas en forma de pescado? permíteme mi ignorancia pero no lo había oído nunca así que menos todavía encontrarlas aquí en Madrid ¿Se parecen a la sardina, caballa...?
Plato sencillo y rico rico.
Besos
Nieves
Las arañas de toda la vida las hemos utilizado en casa para hacer un buen fumet. EN la playa, buscando tellinas, también me ha picado alguna :-( así que las conozco, peeeeeeeero, no las conocía para prepararlas como tú has hecho. Una combinación realmente deliciosa y tenemos los guisantes de temporada!
ResponderEliminarB7sssss
Un plato muy sencillo y seguro que estaba muy bueno. Me encanta ver platos sencillos en este reto. Un abrazo
ResponderEliminarArañas... no las conocía, es la primera vez que me topo con ellas. Me encantan estos platos que te trasladan a la infancia... o no, porque a mí no me traslada pero desde luego me apetece y mucho hincarle el diente... guisantes frescos, dulcecitos, y un pescado por encima... no hay pegas.
ResponderEliminaryo no veraneaba en la playa, pero los domingos íbamos siempre y me ha recordado, y mucho, aquellos momentos..... He visto ese pescado en alguna ocasión, pero nunca me ha dado por comprarlo. Ya tardo, que el plato tiene una pinta riquísima!! Besos
ResponderEliminarNunca había oído hablar de este pescado, pero seguro que lo has disfrutado un montón porque con la comida nos llegan recuerdos imborrables de nuestra infancia.
ResponderEliminarDeseando saber quien es el próximo chef, besos Mon.
Abril, quina entrada més bonica!! L'escrit és fantàstic i trobo que quan les receptes es relacionen a moments o situacions boniques, augmenten per 1000 el seu valor. M'ha emocionat molt llegir-te i segur que si la CR arriba a llegir-ho, també s'emociona.
ResponderEliminarDe sobte he recordat la meva infància també. La meva familia estiuejava a l'Escala. Ara el mar em queda molt lluny i l'anyoro...
La recepta de les aranyes amb pèsols del Maresme segur que és igual de genial i dolça com el teu escrit.
Petons
Ole! Calité calité, hi ha aquí. Bona recepta, Mon!!!
ResponderEliminarDeu estar boníssimmmmm...proposo guardar tuppers per a tots els participants..jejeje quina bona pinta!! un petonàs!
ResponderEliminarUn post precioso por todo lo que implica aparte de la receta, que demuestra que cualquier producto bien tratado merece una oportudidad. Felicidades!! Un beso.
ResponderEliminarMón, tu jugabas con ventaja con esta chef, no? Sant Pol!!!
ResponderEliminarME encanta RUsqui por que utiliza todo tipo de pescados...sea una araña, uns "lloritos", un salmonete... pescados que a veces ni los ves en el mercado... el dia que pille unos "lloritos"...Carmen va a ser mi inspiradora!
Ptns
Muy buena introducción, ya te dije que escribes muy bien.Una receta "made in Rusqui", que has plasmado muy bien y ademas con este pescado que aun no he tenido la suerte de probar. Receta sencilla y mágica a la vez.
ResponderEliminarBon cap de setmana
peto
la verdad es que me has recordado a mi familia en es grau una cala donde pasabamos los deliciosos veranos de aquellos tiempos y mi padre y mi abuelo pescaban arañes y mi madre que tenia un don para estos platos hacia . que buen plato que recuerdos y que buena cocina
ResponderEliminarun beso
Bien por tus arañas que por lo que veo "arañan" tus recuerdos y nosotros felices al leértelos. Un besito wapa
ResponderEliminarUn plato de lo mas sano con un pescado que no conocía y una introducción que también me ha traido buenos recuerdos de la infancia, aunque en otro lugar. Besos
ResponderEliminarYo he veraneado desde pequeñita en la playa pero lo que cogíamos eran tellinas, lapas y erizos....que tiempos!!! Has hecho una entrada preciosa y nostálgica, me encanta. En cuanto a tu receta, creo que le has sacado un partido increíble a las arañas, yo solo las gasto para caldo, pero te ha quedado un plato de lujo!!!
ResponderEliminarUn bst.
Hay que ver como algunos ingredientes nos remueven los recuerdos. Un pez tan humilde que se vuelve regio encumbrado por los sentimientos.
ResponderEliminarUn gran plato con lo más sencillo
Petonets