"La cocina es como un corazón, si late bien, funciona"
Parece ser que esta es una de las últimas frases que pronunció Santi Santamaría. Me gusta, porque es una frase que humaniza el lugar dónde se cuecen sensaciones que rodearan la vida de nuestro corazón…ya sea por lo que ingerimos y como nos afecta físicamente, ya sea por las consecuencias emocionales que un plato, realizado con amor, puede despertar en nosotros y en los demás.
Parece ser que esta es una de las últimas frases que pronunció Santi Santamaría. Me gusta, porque es una frase que humaniza el lugar dónde se cuecen sensaciones que rodearan la vida de nuestro corazón…ya sea por lo que ingerimos y como nos afecta físicamente, ya sea por las consecuencias emocionales que un plato, realizado con amor, puede despertar en nosotros y en los demás.
Por encima de todo Santi Santamaría era una de esas personas que aman lo que hacen y que tienen la inmensa suerte de poderle dedicar la vida entera. Ya, este punto de partida, incita a la reflexión. Cuántos podemos vivir de y por lo que amamos? Muchas personas tampoco saben que pueden vivir de lo que aman. La vida les ha llevado, por derroteros que a veces, se complican, se bifurcan y uno no tiene a veces la llave para abrir la puerta que reconduciría su vida. Pocos tienen la oportunidad de pararse y observar; echar una mirada atrás, otra adelante y pensar con libertad que camino quieres seguir. Siempre he envidiado a la gente que sabe lo qué quiere.
No conocí a Santi Santamaría. Y en mi sueño de pisar los restaurantes de esos maravillosos cocineros que pueblan nuestro país y parte del extranjero, “El Racó de Can Fabes” cobra más peso aunque siento que ya, no tendré ocasión de conocerle a él. Y forma parte de la magia conocer la obra y a su creador. Hace unos meses fui al restaurante de Mey Hoffman, y aunque no crucé ni dos palabras con ella, la ví pasar por un pasillo frente a la mesa en que yo estaba. Ya para siempre, recordaré las maravillosas sensaciones vividas en el restaurante, especialmente en la espectacularidad de los postres, y la imagen, seria, recta y sobria de Mey Hoffman cruzando un pasillo.
Siento su marcha, como la de las personas que, sorpresivamente, nos dejan. Seguramente a Santi le quedaban muchas cosas con las que sorprendernos tanto gastronómica como personalmente. Creo que fue una persona de gran personalidad y que no dudó en mantenerla, aunque le causara disgustos. Los que le conocían hablaban de su afabilidad y pasión por lo que hacía.
Entendía la cocina como un mundo de sabores y procesos primarios. Como yo entiendo mi cocina y mi vida. Aunque, no deje en ocasiones, de dejarme caer con un vahído ante un plato compuesto por texturas y esencias. Amar un Picasso no significa menospreciar un Velazquez. No siempre tenemos que decantarnos por el blanco o el negro, preferir a mamá ó a papá… Hay sitio para todo en nuestros corazones, que se alimentan con los sentidos y por tanto laten.
Me encanta, creo que ABRILMon tendrá éxito si persevera. besos
ResponderEliminarPrimero encontremos las palabras, segundo pasemos a los hechos. En tu texto están las palabras, ahora a por los hechos, ánimo!
ResponderEliminarLo increible es a los muchos lugares y momentos a los que nos pueden llevar los sentidos.....
ResponderEliminarABRIL lo estas haciendo muy bien y muy bonito....!!!!!!!!!!!!****************