A menudo tenemos miedo de los nuevos pasos. El desconocimiento del entorno, de sus consecuencias y de cómo desarrollarlo nos paraliza y cuesta dar el paso.
Hoy es mi primer día aquí.
La gran tormenta de nieve sobre Chicago de la semana pasada me animó a dar este paso. Chicago es mi ciudad. Uno no sabe porqué, pero hay lugares en el mundo que te imantan. Es probable que cualquier otra ciudad, bella, fría, cosmopolita, ecológicamente limpia y cultural (no necesariamente con todas estas cualidades) podría engancharme. A veces, viendo “callejeros viajeros” o “Españoles por el mundo” cuando se acercan a lugares con nieve despiertan mis pequeños imanes internos que se magnetizan inmediatamente con otros mundos en los que poder vivir.
La belleza del blanco me atrapa, el silencio de después de una nevada me hechiza y el frío imperante me envuelve. Me encanta sentir el frío y saber que puedo protegerme. Me encanta el latir de la piel del rostro cuando un aire gélido la acaricia y entrar luego en lugares calientes quitándonos prendas, como cebollas... El frío me despierta la ternura, la búsqueda del refugio, el calor del hogar, el sabor de platos de cuchara realizados por miles de madres/padres, abuelas/os y compañeros/as para hacerte sentir BIEN. Por eso me encanta el blog de Jackie desde Montreal, porque entro en su mundo en un instante, y me reconforta.
Así que, tras sentir con intensidad el poder de la tormenta, decidí dar mis primeros pasos sobre nieve virgen. Mis pasos serán patosos, serán lentos, pero espero sentir la calidez de la nieve alrededor de mi pie, atrapándome y haciéndome sentir segura.
Aprendemos a cocinar de nuestras madres/padres, que a la vez aprendieron de nuestras abuelas/abuelos, y así la cadena crece y nos encadena. Que agradable sensación pertenecer y proyectar. Nada me parece más intenso. Mi madre me hizo sentir la pasión de los olores, del trabajo bien hecho, de los libros de cocina y su imaginería. Hubo poca transmisión, apenas dos o tres platos de mi abuela, pero he sentido la cadena a través de otros caminos. Desde lugares en lo que uno nunca hubiera imaginado aprender, encontré señales, caminos y crecí. Las madres y abuelas de mis amigos/as han sido grandes mundos a los que abrir mis ojos inquietos de cadenas… y quiero antes que nada agradecer sus generosas aportaciones a esta mi persona. Intentaré transmitirlas.
Y ahora miles de blogs están haciéndome crecer, como el de Su, tremendamente cercano, como si estuviera junto a tí en la cocina. Adoro la cocina y aún sabiendo que sé algunas cosas, me queda muchísimo por aprender. Por ello, en mi perfil, pone en desarrollo. Desde que me he iniciado en el mundo de los blogs, mis ojos se han quedado humildemente abiertos y estáticos.
mon, jo tambe soc nova amb tot aixo, estic molt contenta del teu bloc...
ResponderEliminarFELICITATS!!!!!!
Roser