Esas
conversaciones de ascensor son odiosas…en realidad lo son todas las relativas a
la meteorología y sus prima hermana “las cosas de las estaciones”, y que ya
se efectúan fuera del cúbiculo ascendente; es decir, bares, restaurantes, casas
de amigos, terrazas. Dos de las más típicas del verano son,
Yo en verano no tengo hambre, apenas como.
Que suerte, yo en verano tengo el mismo hambre. Más incluso. Los
entretenimientos como los largos aperitivos, los postres fríos y cremosos y las
meriendas ociosas ayudan. Es cierto que quizás me apetecen más cosas frías que
calientes, pero ponme un buen cocido, y me sentaré en la mesa con un hambre
atroz propia del neolítico. Por otro lado, ninguna de las personas que afirman
eso, experimentan cambios de peso ostensibles, teniendo en cuenta que “casi no
comen” en 2 meses….
Yo no tengo ganas de cocinar. Pues
tampoco. Tengo las mismas ganas que en invierno y si no lo hago más, es por
razones que nada tienen que ver con mis ganas. Quizás mis amigos están fuera y
no hago tantas comidas, la blogosfera está un poco ausente, y en fin…. Causas externas
a mí. Sí, en la cocina hace más calor, quizás llevo menos ropa, me recojo el
pelo, me llevo el ventilador y bebo agua con hielo en vez de quizás una copita
de vino tinto. Pero dime que vienes a cenar y verás cómo lo enciendo. Mi sueño,
instalar el aire acondicionado en casa, y sobre todo en la cocina.
Este verano está haciendo más calor que el
pasado. No. No es cierto. Además esta afirmación viene “confirmada” por los
espacios del tiempo que usan expresiones como “no hacía tanto calor como”, “ es
el Julio más….”…. Y con esto no quiero contradecir al cambio climático, que
cierto es. Las estaciones están cada vez
más desdibujadas y empiezan un poco más a lo loco. Pero una vez en materia, el
calor es calor, y cada Julio (especialmente), porque Agosto hacia la mitad ya
es otra cosa, es muy caluroso. Personalmente llevo 3años viviendo 3 Julios
duros de calor, y oyendo a la gente diciendo “el año pasado no hacía tanto
calor”. Yo a esta gente les metería en la máquina del tiempo. Y por cierto…esta
gente es la misma que dice en invierno frases similares.
La verdad es que
si uno está de vacaciones, en lugares dónde le hacen las cosas, o dónde tiene
mucho que hacer, los tópicos quedan a un lado y además no está pensando en
hacer comidas. Ahí es dónde radica la diferencia, a mi modo de ver. Uno de esos
lugares fantásticos dónde pasar las vacaciones es en Francia. A mi me
encanta. He estado en París y he hecho
la ruta del Loire y sus castillos en dos ocasiones. Viajes fantásticos visual y
gastronómicamente. Pero tengo pendiente las costas francesas. Desde la Côte d’Azur, a la Bretagna. Miles de Km de
playas hermosas. Especialmente enamorada estoy de las playas de la Región de
Aquitania, (antes Gironda) desde que ví la película “Les Petit Mouchoirs” (Pequeñas Mentiras sin importancia, títulada
aquí).
Hoy os acerco a una
pequeña isla, situada más al Norte, en
la Bretaña. La revista Saveurs(nº 230) , trae este mes un
artículo sobre ella. Un faro en la parte norte, “Pointe de Poulains”, la casa
de Sara Berhnardt, y las
Agujas de Port-Coton, inmortalizadas por Monet.. unas rocas que salen del
mar. Destaca como lugar de veraneo de
los franceses, pero también tiene grandes recursos agrarios. Sus productos más
famosos; las legumbres bio de Mélanie y Baptiste Vasseur, la fromagerie Pilou,
la miel de Richard Laurence y las típicas galletas bretonas de La Bien Nommée.
La receta es del restaurante Roz
Avel que tiene una cocina tradicional y que usa las especies que han
descubierto y traído de sus viajes por todo el mundo. Asi lo demuestra esta
receta. Una sencilla caballa con elementos asiáticos. El jengibre, la salsa
Nuoc-Mam (salsa de pescado, sudeste asiático) y el vinagre de arroz blanco. La
caballa es un pescado azul, rico en Omega3, vitaminas en especial su aporte en
B12 es elevado, potasio, fósforo, magnesio, yodo y hierro. Su único
inconveniente es la presencia de purinas que se transforman en ácido úrico, por
lo que no se recomienda en casos de gota.
Pedid en vuestra
pescadería que os la preparen en filetes y si son hábiles os quiten las espinas
grandes de la zona cercana a la cabeza. Así será mucho más agradable de comer.
FILETE DE CABALLA
AL JENGIBRE Y CEBOLLINO
Ingredientes:
(para 2 personas)
2 caballas de
tamaño medio
1 manojo de
cebollino1 dedo de jengibre cortado en brunoise
2 dientes de ajo
1 cucharada sopera de vinagre de arroz blanco (yo usé uno oscuro que tenía)
Salsa Nuoc-mam
AOVE
Sal/Pimienta (yo no le puse pimienta)
Freír los filetes
de caballa en una sartén con AOVE. Reservar.
En el mismo
aceite, freír los ajos y el jengibre brevemente cortados en brunoise. Se trata
de que el sabor del jengibre se conserve y los ajos estén dorados.
Cortar el
cebollino en trocitos pequeños y ponerlo sobre los filetes de caballa. Con
ayuda de una cuchara repartimos los ajos y el jengibre por encima de los
filetes con un poco del aceite en que lo hemos frito.
Vertemos el
vinagre por encima y unas gotas de salsa Nuoc-mam en cada filete.
Servir.
Un plato
sencillo, exótico y delicioso. Muy veraniego.
Coincido en la mayoría de las cosas que comentas (salvo en lo del aire acondicionado, que a mí me parece un horror). Si estamos en agosto, hace calor, eso está claro. Aquí en el norte de las Islas Canarias solemos tener un clima muy benigno y, cuando hace calor calor de verdad, nos morimos, Montse. No estamos acostumbrados y chorreamos por todos los lados. Tampoco estamos acostumbrados a los rigores del frío. Vamos, que somos blanditos porque estamos muy "malacostumbrados". ;)
ResponderEliminarYo en verano no es que no tenga ganas de cocinar porque haga mas o menos calor, es que me surgen 200 cosas distintas y dejo un poco de lado la cocina (un pooooooco, ehhhh), pero, al igual que tú, si me dices que vienes a comer, pongo toda la maquinaria en marcha. jejejejeje
Oye, me han chiflado estas caballas. Madre del amor hermoso... ¿Cómo no se me habían ocurrido? Maravillosas y sabrosas. ¡Vivan las caballas, las sardinas, los longorones y todos esos deliciosos pescados!
Besitos reina.