III MERCAT DE MERCATS - CONCURSO GASTROEUREKA

 

 Los pasados días 19-20-21 de Octubre se celebró en la Pza. de la Catedral y en la Avda. Francesc Cambó el Mercat de Mercats, en su ya tercera edición, aunque fue la primera para mi.

Fue muy interesante, a modo de Feria de Mercados y como he visto en otras ciudades como Chicago (Taste of Chicago), se fueron organizando las paradas de los mercados para mostrar sus productos y ofrecer “tasts” de los mismos con la compra previa de tickets. Había en un lado un conjunto de barras-mesas que favorecían el “tomar algo" y disfrutar el momento.  Me gustan este tipo de eventos. Las ciudades laten alrededor de sus comidas y productos más tradicionales.

También y delante del Mercat de Santa Caterina se establecieron dos carpas con Aulas Gastronómicas, un Celler de Sumilliers y un “Bus” dónde aprender conceptos y permitir a los niños interaccionar con el evento. A mi, personalmente, me encantaron las Aulas.. desgraciadamente no pude asistir a todas, pero ví bastantes y las disfruté. Muchas gracias a la organización pues resultaron muy interesantes y muy bien organizadas.

 

Mercat de Mercats ha tenido en cuenta el mundo de los “blogs gastronómicos” y organizó un concurso al que debías de inscribirte previamente. El tema, escoger un producto del mercado, retratarlo y “escribir un texto sobre él “que tenga un punto de vista único, idiosincrático, original o con sentido del humor”.

Espero haber estado a la altura…en cualquier caso, lo he pasado bien pensando qué producto y cómo enfocarlo.

Mi elección han sido los túberculos y las raíces…todo lo que crece bajo tierra. 

Esta es pues mi participación:

Cuando veo nabos y chirivías, patatas y zanahorias y en general todas las raíces y tubérculos me acuerdo de Escarlata.

Escarlata marcó mi adolescencia en el sentido que fue una película de aquellas llamadas “largas” que me pareció una epopeya fantástica. Siempre admiré a las mujeres valientes y apasionadas, quizás porque intuía que aunque hubiera querido nunca iba a serlo. De pequeña me impresionó el cuento de Genoveva de Brabante, esa mujer que exiliada de su castillo tenía un hijo en una cueva escondida en el bosque. Y luego llegó Escarlata, ya añadiendo al personaje una pasión por la vida y los hombres totalmente envidiable. Por eso, ese final de la primera parte, con la silueta de Escarlata al atardecer arrancando un tubérculo del suelo, llevándoselo a la boca y prometiéndose no volver a pasar hambre, se quedó para siempre grabado en mi subconsciente.

Razones totalmente arbitrarias y frívolas pero reales me han hecho saber lo que significa “pasar hambre”, así que un día supe exactamente que podría sentir ante una situación parecida. Y sé que en esos momentos, cualquier cosa puede ser considerada un manjar. Es más, hubo un tiempo en que tan solo me alimenté de tomates; gazpacho para comer, ensalada de tomates para cenar. Así que cuando ví en el Mercado una parada con patatas, raíz de apio, hinojo, y demás tubérculos y raíces lo tuve claro. No quiero pensar en un producto con el que elaborar complicadas recetas de largos nombres, ni productos que mis manos no puedan alcanzar en un simple gesto. Me incliné por platos que pudiera preparar con los productos de la tierra, purés, cocidos, cremas, pucheros, vichissoises y mi último descubrimiento el Borscht, o sopa de remolacha.

Las raíces y tubérculos además, para periodos de carencias, como los que se avecinan, son ricos en minerales (potasio, calcio y fósforo), vitamina C, azúcares e hidratos de carbono y fibra.  Muchas de ellos poseen cualidades diuréticas, depurativas y antioxidantes. Puedo resistir un buen tiempo. En plan desesperado también puedo dejar que los jugos de la remolacha  manchen mis ropas y manos y así terminar en la cárcel, donde comida, por el momento no me faltará, aunque hayan suprimido la merienda.